Autor : Diego Arias Serna

ntes, por temor, las mujeres reclamaban en voz baja sus derechos; por fortuna en la actualidad - a viva voz - exigen respeto e igualdad. “No es hora de callar” es una proclama que cada vez toma más fuerza para denunciar tanta violencia.
Siglos de patriarcado, discriminación y estereotipos dañinos han creado una enorme brecha de género en la ciencia y la tecnología”: António Guterres.
La mujer, desde siempre, ha sido sometida por el hombre. Ellas llevan milenios luchando por superar la posición de inferioridad que les han impuesto. Además de luchar contra la sumisión, también han combatido a los gobiernos ineptos y empresarios que las han explotado. En los tiempos modernos han surgido instituciones que tratan de protegerlas y apoyarlas en su lucha. Tal es el caso de ONU Mujeres, organización de la ONU que formula directrices para que, desde los gobiernos, les brinden igualdad de derechos tanto a las mujeres como a los hombres.
Por eso António Guterres, secretario general de la ONU, envió el siguiente mensaje el 8 de marzo, Día Internacional de la Mujer: “Celebramos los logros de las mujeres y las niñas en todos los ámbitos de la vida y en todos los rincones del mundo. Pero también reconocemos los enormes obstáculos a los que se enfrentan: desde injusticias estructurales, marginación y violencia hasta el efecto dominó de las crisis, que les afectan en primer lugar y en mayor medida, pasando por la negación de su autonomía personal y de sus derechos sobre su cuerpo y su vida”.
Por su parte, en la página web de ONU Mujeres, se destaca: “En este Día Internacional de la Mujer, hacemos un llamamiento a los gobiernos, a los movimientos activistas y al sector privado para acelerar sus esfuerzos por conseguir un mundo digital más seguro, más inclusivo y más equitativo. En un momento en el que nos enfrentamos a múltiples crisis globales, tenemos la posibilidad de crear un futuro mejor, no solo para las mujeres y las niñas, sino para toda la humanidad y toda la vida en la Tierra”.
Así que, hay que recordar la enseñanza de Indira Gandhi (1917-1984), cuando expresó: “Para liberarse, la mujer debe sentirse libre, no para rivalizar con los hombres, sino libres en sus capacidades y personalidad”. El asesinato de la primera ministra hindú el 31 de octubre, mostró una vez más la intolerancia por creencias religiosas; intransigencia presente a lo largo de la historia de la humanidad, sin distingo de sexo. Hay qué recordar que Mahatma Gandhi (1869-1948), el gran pacifista, también fue asesinado. Entre ellos no hay nexos familiares.
Países: ¡inviertan en las mujeres!
Destaca la página web de ONU Mujeres, que el lema de este 2023 hace hincapié en la necesidad de utilizar la tecnología y la innovación para impulsar la igualdad de género, pues la tecnología puede ampliar las vías de acceso a la educación y las oportunidades para las mujeres y las niñas, pero también puede utilizarse para exacerbar el abuso y el odio. Asimismo, el vocero de la ONU afirmó: “Hoy en día, las mujeres representan menos de un tercio de la fuerza de trabajo en los campos de la ciencia, la tecnología, la ingeniería y las matemáticas”.
Además, valora que, si las mujeres están infrarrepresentadas en el desarrollo de nuevas tecnologías, la discriminación puede llegar desde el inicio, por eso hay que cerrar la brecha digital y aumentar la representación de las mujeres y las niñas en la ciencia y la tecnología. Los cálculos dicen que, en la última década, la exclusión de ellas del mundo digital ha recortado en un billón de dólares, cerca del producto interno bruto de los países de ingreso bajo y mediano, una pérdida que podría llegar a los 1,5 billones en 2025 si no se toman medidas. Invertir en mujeres, mejora a todas las personas, sociedades y países.
Guterres igualmente anunció: “Trabajemos juntos - los gobiernos, el sector privado y la sociedad civil - para construir un mundo más inclusivo, justo y próspero para las mujeres, las niñas, los hombres y los niños, dondequiera que estén”. La situación no es nada halagüeña, pues según lo expresó hace pocos días: “Se tardará 300 años para alcanzar la igualdad de género”. Como dicen los expertos, la desigualdad de género es un elemento que influye en la pobreza y perjudica los derechos de ellas.
En la política también hay discriminación, así lo señala Oxfam, en su página web: “Las mujeres tan sólo ocupan el 24% de los escaños parlamentarios a nivel mundial. En el ámbito municipal la situación es aún más grave, ya que tan sólo ocupan el 5 % de las alcaldías. De media, en todas las regiones y sectores, el salario de las mujeres es un 24 % inferior al de los hombres. Casi dos terceras partes de los 781 millones de personas adultas analfabetas son mujeres, un porcentaje que se ha mantenido constante las dos últimas décadas”. Oxfam es una confederación formada por 19 organizaciones no gubernamentales que realiza labores humanitarias en 90 países.
Como si fuera poco lo anterior, Oxfam revela que 153 países tienen leyes que discriminan económicamente a las mujeres. En 18 de estos países, los maridos pueden impedir legalmente que sus esposas trabajen. En todo el mundo, una de cada tres mujeres sufre o sufrirá violencia machista en algún momento de su vida. Los jefes de estado conocen esta situación de desventaja, por eso en el 2015 varios de ellos que forman parte de la ONU, se reunieron en la Cumbre de Desarrollo Sostenible (CDS) y elaboraron la Agenda 2030 y elaboraron 17 Objetivos de la CDS. }
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Los esfuerzos de la ONU
A manera de referencia citemos que el objetivo 5 plantea lograr la igualdad entre los géneros y empoderar a las mujeres y las niñas. Como lo destaca la página web de la ONU: “…la igualdad de género no sólo es un derecho humano fundamental, sino que es esencial para construir un mundo pacífico, próspero y sostenible. Hay algunos avances durante las últimas décadas: más niñas están escolarizadas, y se obliga a menos niñas al matrimonio precoz; hay más mujeres con cargos en parlamentos y en posiciones de liderazgo, e igualmente las leyes se están reformando para fomentar la igualdad de género”.
A pesar de estos logros, todavía existen muchas dificultades: las leyes y las normas sociales discriminatorias continúan siendo generalizadas, ellas siguen estando infrarrepresentadas a todos los niveles de liderazgo político, y una de cada 5 mujeres y niñas de entre 15 y 49 años afirma haber sufrido violencia sexual o física a manos de una pareja íntima. Por eso ONU Mujeres afirma: Las mujeres del mundo desean y merecen un futuro igualitario sin estigma, estereotipos ni violencia; un futuro que sea sostenible, pacífico, con igualdad de derechos y oportunidades para todas las personas.
Tanto la ONU como Oxfam entienden la justicia de género como la igualdad y equidad total entre hombres y mujeres en todos los ámbitos de la vida. Como resultado, las mujeres, al igual hombres, pueden definir y construir al diseño de las políticas, estructuras y decisiones que afectan a sus vidas y a la sociedad en su conjunto. Se necesitan gobiernos que orienten una economía con “rostro” humano favoreciendo por igual a todos sin distingo de sexo.
Solidaridad: con rostro de mujer
La solidaridad es un valor personal que destaca la importancia de la colaboración recíproca entre miembros de una comunidad. Quien da el apoyo sabe “ubicarse” en la situación difícil que vive la otra persona. En un mundo tan injusto como el que se vive, la solidaridad es un camino para superar tanta injusticia. Resaltando el 8 de marzo como el Día de la Mujer, hay que destacar que ellas son más fraternas que los hombres.
En la sección Planeta Futuro del periódico El País, España, del 4 de octubre 2017, en el artículo titulado ¿Son las mujeres más generosas?, se indica - del estudio realizado - que, de un grupo de donantes de varios países, 2.954 fueron mujeres por 1.074 hombres. También, la organización “Somos Solidarios” de España, en su página web, indicó el 3 de marzo 2021 que el 67 % de su voluntariado eran mujeres. Estos datos a favor del sexo femenino se pueden corroborar en Google.
El apoyo a quien lo necesite también es muy importante para las personas migrantes, y la solidaridad en este caso, la está mostrando una mujer del Tolima, Ximena Aguilar Arias, quien ha extendido su mano amiga en Orlando, Florida. Ella, asociada con otra mujer de origen libanés, y a través de la fundación Her, están apoyando iniciativas de microempresarias para que sus sueños económicos puedan “despertar” con un final feliz. Organizan eventos para que las migrantes den a conocer sus productos, contactan abogadas para el acompañamiento legal y cuentan con el apoyo de la Cámara Comercio de Orlando. Ximena es el otro rostro que muchas colombianas enseñan por fuera de la patria.