Autor : Diego Arias Serna / Especial para NUEVA CRÓNICA QUINDÍO

A los poderosos de este planeta: empresarios, gobernantes y políticos, muy poco les importan en realidad las condiciones inhumanas de miseria en la que viven particularmente niños y adultos mayores.
En la Cumbre del G77 + China, António Guterres, secretario general de la ONU, abogó por un mundo “más representativo y que responda mejor a las necesidades de las economías en desarrollo”.
El adelanto tecnológico relacionado con las comunicaciones está soportado por el tantalio, que se obtiene del coltán, mineral de difícil extracción. Aunque se encuentra en países como Canadá, Brasil, algo en Colombia y Venezuela, además de la China y Australia, es en la República Democrática del Congo donde está la máxima producción, pero su explotación es una maldición para su población, pues solo ha dejado miseria y la presencia de grupos armados que ‘siembran’ la muerte entre sus habitantes.
África es el principal productor de diamantes de calidad en el mundo, de donde es extraído desde la década de 1870. En 2017 su producción se valoró en $9.650 millones de dólares en el mercado. Hay que decir que Rusia produjo el año pasado 17 millones de quilates de diamantes industriales. Sin embargo, es Amberes, en Bélgica – donde no se produce-, considerada la capital de esta piedra preciosa. Como informó BBC News Mundo en agosto de 2010, tres de las guerras más sangrientas de África tuvieron lugar en países productores de diamantes. Un quilate equivale a 0,20 gramos.
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América Latina, conocida como el “patio trasero” de EE.U. es rica en minerales (oro, plata, litio, hierro, cobre, níquel, plomo, etc.). Aunque para favorecer la importación de alimentos, los gobiernos han minimizado la producción local, esta zona del mundo todavía podría ser autosuficiente. Recordemos el nefasto tratado de libre comercio firmado entre Colombia y los Estados Unidos. Además, esta parte del continente produce petróleo y carbón, grandes generadores de contaminación, que no se debieran seguir extrayendo, y cambiar a energías renovables.
Lo que se ha visto durante décadas es un desigual desarrollo tecnológico, industrial y científico, entre los países del norte y el sur del planeta, lo que trae consigo pobreza para millones de seres humanos. Paralelo a ello se generan flujos migratorios no ajenos a la violencia del rechazó y el desprecio de quienes supuestamente se sienten invadidos. Fuera de la pobreza, en el caso colombiano, es la violencia de actores armados: paramilitares, guerrilleros, delincuencia común, e infortunadamente miembros del ejército, quienes han propiciado el conflicto y el despojo de las tierras del campesino, obligados al desplazamiento del campo a la ciudad, e inclusive el abandono del país.
Urge un mundo que funcione para todos
Esa situación de pobreza norte-sur (sin olvidar que en el norte también hay población sumida en la penuria), es lo que ha llevado a muchos países a organizarse en bloques para hacer frente a la desigualdad. Así surgió el G77, o el grupo de los 77, cuya fundación data desde el 15 de junio de 1964, integrando a los países en desarrollo y subdesarrollados, formando las naciones del “Sur Global”. En 2015 el número ascendía a 134 naciones incluyendo a China, los cuales también hacen parte de la ONU.
Tiene como misión suministrar los medios que permitan promover de forma colectiva sus intereses, así como mejorar su capacidad negociadora, tal como se divulga en Wikipedia. El pasado 15 y 16 de septiembre hicieron la reunión en la Habana, Cuba, pudiéndose interpretar como un respaldo a la isla, ante el ominoso embargo económico ejercido por la gran potencia norteamericana, muy vecina a ese pueblo que da ejemplo de dignidad. “El Goliat ha sido incapaz de vencer a David”.
“El mundo les está fallando a los países en desarrollo”, afirmó António Guterres, secretario general de la ONU en esa cumbre. Alentó a las naciones en desarrollo a “alzar su voz para luchar por un mundo que funcione para todos”, haciendo el siguiente llamado: “las nuevas reglas para las nuevas tecnologías no pueden ser escritas solo para los ricos y los privilegiados”. Asimismo, en su alocución se pronunció por un mundo “más representativo y que responda mejor a las necesidades de las economías en desarrollo”.
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En esa convención se abordaron “los retos actuales del desarrollo: papel de la ciencia, la tecnología y la innovación”. El citado directivo felicitó a Cuba por el desarrollo de sus propias vacunas durante la pandemia de la Covid-19. También, en medio de sus limitaciones económicas prestó apoyo médico a varios países, entre ellos Italia, dando ejemplo de solidaridad a los países ricos. Esa cumbre del G77 + China, reunió a naciones de Asia, África y América Latina, representantes del 80% de la población mundial. El primer día, los líderes hicieron un llamado a “cambiar las reglas del juego” económico internacional.
Por una posición común: necesidad del G77
Por su parte, el presidente del Brasil, Luiz Inácio Lula da Silva, destacó la necesidad de que los países del sur forjen una posición común que tenga en cuenta las preocupaciones de las naciones en desarrollo. Indicó que hay “dos grandes transformaciones” en marcha que no pueden ser moldeadas por “un puñado de economías ricas”. “La primera es la revolución digital y la segunda es la transición energética. Nuestros países necesitan tener las condiciones necesarias para responder a esos cambios”.
En su criterio, América Latina debe “buscar una posición común para enfrentar los desafíos del contexto internacional actual”. De igual forma, celebró la “diversidad” del G77 y resaltó su importancia para la construcción de un Nuevo Orden Internacional”. Así lo destacó la BBC News Mundo. Ese medio inglés también destacó los planteamientos del presidente de Colombia, Gustavo Petro, quien defendió su propuesta de una “negociación universal para el cambio de un nuevo sistema financiero internacional”.
Argumentó el mandatario que para disminuir la deuda y financiar la economía descarbonizada hay dos alternativas: el capital y el endeudamiento y que tanto EE.UU. como Europa solo proponen que las naciones en desarrollo se endeuden más. “Muchos países del G77 aceptan pasivamente ese camino”, se lamentó el jefe de Estado colombiano, quien advirtió que - de no actuar - la humanidad se enfrenta a un “mundo violentísimo” y a un éxodo que podría alcanzar los 3.000 millones de personas, citando modelos científicos.
Recalcó Petro: “Si ya es (violento) cuando el flujo apenas es de 10,8 millones de migrantes, ¿cómo será cuando sean los 3.000 millones? ¿Cómo será el mundo cuando las tierras de las grandes ciudades de nuestros países sean inhabitables? ¿Cómo será la política? ¿Cómo será la sociedad? ¿Habrá democracia o habrá barbarie?”.
Hay que preguntar: ¿Será capaz el G77 + China de ejecutar acciones favorables? ¿O todo quedará en propuestas? El G20, organización en la que convergen los países más ricos, sigue sin darle salida a la crisis de la contaminación. La reciente reunión en la India no le da solución al cambio climático. El poder de las compañías petroleras y del carbón es más fuerte que los gobiernos.
Con desigualdad imposible la paz
El 21 de septiembre fue el Día Internacional de la Paz. Ante la crisis climática y tanta pobreza, la paz no es posible. Para las Naciones Unidas el mundo necesita la paz más que nunca, pero se sabe que los grandes beneficiarios de los conflictos armados son los empresarios de las armas y los productores, que son los países ricos. Pero el problema tiene otra cara: como expresa la ONU: “El caos climático afecta a todo el planeta e incluso los países en los que reina la paz se ven sacudidos por enormes desigualdades y polarización política”.
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Recientemente Euronews informó que el ministro francés de Transición Ecológica Christophe Bechu, había dado la siguiente explicación: “no somos capaces de llegar a un acuerdo para aumentar drásticamente las energías renovables, no somos capaces de llegar a un acuerdo para eliminar o reducir progresivamente los combustibles fósiles, especialmente el carbón, y es muy extraño ver lo que ocurre fuera de este hotel, de este G20, en el mundo real y ver las dificultades para encontrar simplemente la formulación diplomática sobre estas cuestiones medioambientales”.
Las decisiones de la reunión quedan ahora en manos de los dirigentes de los países miembros de cara a la cumbre que se celebrará en Nueva Delhi en septiembre. Será la última oportunidad del G20 para emitir una declaración conjunta sobre el clima este año. Pero, se hizo la cumbre y no se tomaron decisiones.