Las opiniones expresadas por los columnistas son de su total y absoluta responsabilidad personal, no compromete la línea editorial ni periodística de LA CRÓNICA S. A. S.
Ante los terribles pronósticos que hace reiteradamente el doctor Lozano, director del Ideam, diciendo que lo que nos falta de invierno va a ser peor que lo sufrido hasta ahora, han comenzado a surgir distintas maneras de asumir la cruel realidad.
Los menos oídos son los apocalípticos, quienes piensan que debe leerse la Biblia y comenzar a construir una nueva réplica del Arca de Noé. Por otro lado, los sensatos asesores del presidente Santos creen que el invierno debe servir para refundar la estructura de desarrollo del país y se preparan con propuestas económicas y de inversión.
En el Valle, empero, el invierno no ha servido para convocar al país a medir la magnitud de lo sufrido. Tampoco para mostrar qué clase de líderes tenemos al mando del departamento. Por el contrario, el invierno ha servido para que nos inviten a menospreciar la CVC, la institución bandera de la región y, obviamente, para echarle la culpa del diluvio.
Pero lo peor lo están haciendo los amigos de Angelino y los oligarcas caleños. Han usado el invierno para pedir que suspendan las elecciones atípicas del 23 de enero exagerando como el que más. Las disculpas financieras y políticas abundan así sean baladíes.
La verdadera razón es que no quieren perder el poder conseguido a zarpazos con Lourido gobernador. A ellos no les interesa el fracaso del impuesto mandatario como líder en medio de la tragedia invernal. Ellos sólo temen que Víctor Julio y Jorge Homero lleguen a gobernar porque el uno es de Buenaventura y el otro de Andalucía, y ninguno de los dos es oligarca.
¡El invierno da para todo!
Gustavo Álvarez Gardeazábal
gardeazabalster@gmail.com
Columnista invitado
