Las opiniones expresadas por los columnistas son de su total y absoluta responsabilidad personal, no compromete la línea editorial ni periodística de LA CRÓNICA S. A. S.
Los verdaderos periodistas, han sido los grandes cronistas de la humanidad. Ese título de periodista, quien crea que lo sea, está obligado a llevarlo en sus hombros, como si llevara una arroba de alambre de púas, con mucho cuidado, para no tener que botar la carga en el camino.
No pretendo dar lecciones de periodismo, ni mucho menos, pero sí fijar una posición frente al escrito de un caballero de esos que describe Chabuca Granda, de fina estampa. Digo caballero por el respeto que les tengo a los periodistas y a los hombres de edad, pero no porque el título de periodista se lo haya ganado este señor, con el elevado ejercicio de su profesión, ni por el respeto que tenga por los demás.
Recientemente la doctora Claudia López publicó un trino sobre el compromiso del doctor Néstor Daniel García candidato de la Alianza Verde a la gobernación del Quindío, de luchar contra la corrupción y de no permitir que la Alianza se contamine del sector de la gobernadora. Puede uno estar o no de acuerdo con la senadora. La diferencia tendría que discernirse en el campo de las ideas o de los tribunales. Pero a lo que no tiene derecho el caballero Gilberto Montalvo, es a llevar la discusión al terreno mefítico del insulto y la guachada.
Tildar a la doctora Claudia López, de el Señor López, es ni más ni menos que caer en el campo de la discriminación sexual y el insulto personal, lo cual no es característica de un buen periodista. El señor Montalvo que así lo hizo, lo hizo por su incapacidad de estar a la altura del nivel intelectual de la senadora.
Tengo la leve sospecha de que si el señor Montalvo hubiera vivido en la época victoriana, no se habría detenido en la grandeza de la obra de Oscar Wilde sino en la condición de los testículos del escritor. El señor Montalvo, caballero de fina estampa ignora que la condición sexual de una persona, no la hace ni más pequeña ni más grande, lo que marca la diferencia entre los animales humanos, es la capacidad que tengamos de respetar al otro y de controvertirlo en el mundo de las ideas. Esa capacidad no la demostró el mencionado periodista. Para merecer el título de caballero que le he endilgado, y el de periodista que se endilga, lo mínimo que tiene que hacer el caballero Montalvo, es disculparse públicamente con la senadora y retarla a un debate en el campo de las ideas.
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