Las opiniones expresadas por los columnistas son de su total y absoluta responsabilidad personal, no compromete la línea editorial ni periodística de LA CRÓNICA S. A. S.
Es preciso apreciar, valuar y priorizar la diversidad de manifestaciones culturales del Quindío, de modo que se reflexione e idee su oferta turística, permitiendo el disfrute y salvaguardia de sus manifestaciones materiales e inmateriales (historia, flora, fauna, arquitectura, gastronomía, música, danza, caficultura), y se oferten desde la perspectiva de turismo cultural para propios y foráneos.
Pensado así, el patrimonio puede ser un atractivo, basado en su divulgación, disfrute y aseguramiento de permanencia.
De esta forma, el turismo cultural se constituiría en un atractivo con garantía de salvaguardia, que permitirá la caracterización de la identidad y tradición de la quindianidad, con la participación de las comunidades locales.
Sumado a lo antedicho, es necesario precisar los atractivos culturales propios, que animan el interés, apreciación y disfrute de locales y visitantes. En este sentido, se requiere un proceso de identificación, valoración, recuperación, conservación, interpretación, apropiación, y puesta en valor de la cultura quindiana como atractivo turístico autóctono y auténtico, entendiendo y comprendiendo el territorio, y generando experiencias enriquecedoras, que permitan apreciar la biodiversidad y sus valores, asegurando su conservación, restringiendo los efectos perjudiciales, todo con el diseño de actividades sostenibles, operadas por las comunidades locales que beneficien su economía.
En resumen, pensar en la cultura, y ancestralidad quindiana, con propuestas que promuevan la interacción de sus pobladores con su patrimonio (histórico y cultural), que estimule la práctica de un turismo comunitario, con proyectos interpretativos que permitan dar a conocer la caracterización real de la cultura quindiana.
