Las opiniones expresadas por los columnistas son de su total y absoluta responsabilidad personal, no compromete la línea editorial ni periodística de LA CRÓNICA S. A. S.
En esta contienda electoral, como en toda guerra, la sacrificada es la verdad. Es deprimente ver cómo los periodistas colombianos, con muy pocas honrosas y valientes excepciones, genuflexos, en un periodismo de barriga, se convirtieron en los mosqueteros de los candidatos de sus jefes, los dueños de los medios de comunicación. Parodiando la frase de Alejandro Dumas, en la contienda electoral colombiana, son uno contra todos y todos contra uno. Estos dignos émulos de los periodistas Vicente Chambón, del diario La chicharra de Chespirito, Viki Bueno de La Luciérnaga, y Manolo Zúñiga, interpretado por ‘Papuchis’, despistados, impertinentes y desinformados, en el campo de la batalla electoral, sin ningún pudor, ni recato, convirtieron sus espacios periodísticos en la primera línea de la defensa de Fico, candidato de sus patrones. Entrevistando a Fico, Rodolfo o Fajardo, hacían una pregunta de treinta segundos y les permitían una respuesta monólogo de 15 minutos, mientras que al entrevistar a alguien de la campaña de Petro le hacían una pregunta y a los 30 segundos, estaban disputándose el micrófono, para contrapreguntar y acorralar al entrevistado. El caso más patético sucedió cuando entrevistaron a Isabel Cristina Zuleta, a raíz de su afirmación donde dijo que habían quemado a Fajardo, la primera línea mosquetera periodística de Fico, como en la obra de Dumas, todos contra ella.
Al ver, escuchar o leer a estos eximios representantes del periodismo colombiano, siento que no hay ninguna diferencia entre Gustavo Gómez, Luís Carlos Vélez y Hernando Herrera, con Vicente Chambón (Chespirito), Karla Arcila, Vicky Dávila, y Claudia Gurisatti, con Viki Bueno (Alexandra Montoya), ni Juan Roberto Vargas, Yamid Amat, y Juan Carlos Iragorri con Manolo Zúñiga (Papuchis). Ni sus medios de comunicación, se diferencian de los diarios La Chicharra, y El Hocicón de Condorito. Para estos periodistas, si Fico, Fajardo o Rodolfo hablan de los políticos, tildándolos de bandidos corruptos, es que tienen mucho carácter y los pantalones bien puestos, pero si lo hace Petro, es un extremista polarizador. ¡Vaya periodismo de libretos y de guiones!
Razón tiene Juan Gossaín al sentirse asqueado con un periodismo al que acusa de no estar comprometido con la verdad, la cual debe ser su esencia, impidiéndole al ciudadano, el derecho a estar bien informado. En palabras de Gossain, “minimizan lo que perjudica a sus candidatos, maximizan lo que les favorece, y hacen lo contrario con el candidato que no es de los afectos de su patrón” seudoperiodistas, se quejan de las redes, y las califican de cloacas, por lo que allí se publica, con insultos y sin verificar la fuente, ignoran que ellos hacen lo mismo en sus medios. Son tan cloacas y basureros, las redes sociales, como los medios de comunicación tradicionales.
Al escribir esta columna, desconozco los resultados de la primera vuelta, si hay segunda, la situación seguirá igual, perdiendo el periodismo, perdiendo el ciudadano, pero deberíamos atender la sugerencia de Gossaín: “No veamos, ni oigamos noticieros que estén alejados de la esencia del periodismo, la verdad”.