Opinión / MARZO 31 DE 2023

Libertad de prensa

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En el momento actual que vive Colombia con un nuevo modelo de gobierno populista y de izquierda por primera vez en su historia, la libertad de prensa juega un papel vital para lograr conservar la democracia. Afortunadamente la prensa hablada y escrita ha hecho su tarea con libertad y han podido informar al país sobre los aciertos y las malas decisiones del gobierno del Pacto Histórico. En países como Venezuela esta opción ya se perdió, por esta razón es que Colombia no puede caer en el totalitarismo. 

Igualmente, la labor del poder legislativo es definitiva para permitir que los proyectos de ley presentados por el gobierno de turno como la reforma política, de la salud, laboral y pensional, se analicen sabiamente y con los tecnócratas. Según la columna de Carlos Caballero Argaez titulada “Petrocracia vs. Tecnocracia” del 24 de marzo 2023 en el periódico El Tiempo, -Un tecnócrata es el “técnico o la persona especializada en alguna materia de economía, administración, etc., que ejerce su cargo público con tendencia a hallar soluciones eficaces por encima de consideraciones ideológicas o políticas” (Diccionario RAE). Una solución eficaz es la que logra el objetivo que se busca mediante una política o una decisión pública. Alejarse de la tecnocracia implica, por tanto, despreciar el conocimiento aplicado a la solución de problemas públicos. Pero, en el contexto de la posverdad, la opinión experta es cuestionada por el gobierno Petro. 

Desde los años cincuenta del siglo pasado, quienes han formulado la política económica se han estrellado con el dilema entre el desarrollo y la estabilidad. Y, como este es un país pobre, con un desequilibrio externo permanente por la ausencia de un sector exportador sólido y dinámico, la tecnocracia puso el énfasis en el control de la inflación, en el equilibrio fiscal y en evitar las crisis por su efecto devastador en el empleo y la pobreza. Lo que no quiere decir que su objetivo hubiera sido mantener el statu quo. La pobreza se redujo y las clases medias se expandieron, aunque, infortunadamente, la desigualdad se amplió. Bien o mal, la tecnocracia ha hecho la tarea. Reemplazarla por los seguidores de la posverdad desconocería la esencia del manejo económico en Colombia en los últimos cincuenta años. 

Colombia, como lo he mencionado varias veces en mis columnas, tiene un potencial incalculable. Lo ideal, ante las actuales circunstancias, sería que el poder legislativo, tuviera la grandeza de formar coaliciones de partidos comprometidos con el país y con el bienestar de sus ciudadanos y lograran mayorías opositoras al gobierno del pacto histórico para únicamente permitir que los proyectos de ley que le sean benéficos a los colombianos logren convertirse en leyes de la República. 

Las próximas elecciones regionales del 29 de octubre de 2023 en Colombia van a ser definitivas para salvar el país de caer en un socialismo (comunismo) que condenaría al país a la destrucción total de sus instituciones. “Libertad y Orden”. 


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