Opinión / ENERO 10 DE 2022

Mal ejemplo periodístico

Las opiniones expresadas por los columnistas son de su total y absoluta responsabilidad personal, no compromete la línea editorial ni periodística de LA CRÓNICA S. A. S.

Con muy poquísimas excepciones, el periodismo colombiano, se autocensura, y el periodista genuflexo responde con fidelidad a la orientación ideológica y política del medio de comunicación.

Desde las épocas del nefasto Darío Arizmendi, por el cual debe estar vertiendo lágrimas de rechazo, Ortega y Gasset, doliéndose por el premio que con su nombre le dieron a ese mal ejemplo del periodismo, Caracol ha convertido su noticiero Seis a. m. en una tribuna en la cual impera la inclinación ideológica del periodista, que siempre es, por convicción o por bolsillo, la misma de los dueños del medio. 

El caso extremo es el del director de la fundación Excelencia para la justicia, Hernando Herrera, quien, en una forma chocante para un buen oyente, como yo, que era caracolero desde los tiempos de Arandú, no pude seguir soportando que, debido a su inclinación ideológica, Herrera maltrate al entrevistado, y le haga cualquier cantidad de preguntas insidiosas, que no le hace a ningún personaje que se identifique con él, políticamente. Para colmo de mal periodismo, el mencionado jurista, terminada la entrevista dedica un tiempo a descalificar en los términos más desobligantes al entrevistado. En el caso de que este sea afín a su pensamiento, Hernando Herrera guarda un silencio canino. Para ejemplo, varios botones, Ernesto Samper debió haberse quejado por la forma como fue maltratado en la ‘posentrevista’; el alcalde de Medellín, Daniel Quintero, cuando lo entrevistaron sobre Hidroituango, el seudoperiodista ubicándose al lado de los opositores del entrevistado, aprovechó que el alcalde ya estaba fuera del aire, para iniciar su diatriba. El fiscal de Venezuela dio una entrevista en los mejores términos, y estemos o no en desacuerdo con él, merece el respeto que no tuvo el citado periodista con el entrevistado, ya que esperó que la entrevista terminara, para iniciar su diatriba descalificadora, con un lenguaje que da vergüenza periodística. Más recientemente, Gustavo Gómez dio la noticia sobre un carro de valores al cual se le abrió la puerta y botó a la calle miles de dólares, noticia que aprovechó, sin razón periodística Hernando herrera para hacer referencia tendenciosa sobre un episodio cerrado por la Corte Suprema de Justicia, como son las bolsas en el video de Gustavo Petro. 

Hace muy poco, en un informe sobre las baronesas electorales, herederas de clanes mafiosos, Hernando descalificó sin razón periodística a Claudia López, incluyéndola, con una actitud homofóbica y de odio político, en este informe, que por que es esposa de una senadora, a lo cual Vanesa de la Torre, le llamó la atención, diciéndole que eso no tenía nada que ver.

El culmen de su desafortunada presencia en un noticiero, que perdió la seriedad que le dio Yamit, se dio cuando recriminó en una forma iracunda a su compañero de trabajo Juan Pablo Barrientos, por la publicación del libro Dejad que los niños vengan a mí, sobre la pederastia en la iglesia. Seguramente, el jurista Vergara quiere que no se sepa esa verdad. ¡Qué mal periodismo!


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