Opinión / MAYO 21 DE 2018

Petro y Fajardo, el barco de Elpis

Las opiniones expresadas por los columnistas son de su total y absoluta responsabilidad personal, no compromete la línea editorial ni periodística de LA CRÓNICA S. A. S.

Si contáramos en billetes de cien mil, la plata de la corrupción en Colombia, desde el gobierno ilegítimo de Misael Pastrana, hasta el de hoy, esos billetes no nos cabrían en el velero Gloria, y su peso lo arrastraría a las profundidades del Caribe, ahogando a los navegantes más avezados en el lodo de la corrupción. Me niego a creer, que todavía haya colombianos, que crean que Vargas Lleras o Iván Duque puedan salvar a Colombia. A nivel regional, la balsa de la corrupción cuyabra está zozobrando y de ella empiezan a saltar personajes y partidos, enlodados hasta la nuca. Estos personajes improvisan como salvavidas, movimientos de salvación de Armenia y fachadas de indignados. Estos artificios de los náufragos de la corrupción, solo podrán convencer a algunos quindianos despistados o cohonestantes.

Las masivas manifestaciones de Sergio Fajardo y Gustavo Petro, en sus visitas a nuestro departamento, son un indicador insoslayable, de que nuevos vientos soplan en esta región. Es la oportunidad de atacar con cargas de profundidad esas naves donde los corruptos, feo eufemismo, para designar a los atracadores del tesoro público, quieren sobreaguar. Nadie debe dudar que Cambio Radical, partido Liberal, Conservador, La U y Centro Democrático, son los navegantes de la corrupción que tiene a nuestra patria, como el tercer país más desigual en el mundo y el segundo en América. 

No podemos dejarnos arrastrar por el sofisma que nos plantea la corrupción en estas elecciones. Los fantasmas del populismo y extremismo e izquierda, son falacias impulsadas por los corruptos que ven amenazada su posibilidad de seguir robándose la plata de los colombianos. Si usted detesta la corrupción en Colombia, pero no quiere a Petro, vote por Fajardo, igual, si es en Fajardo en quien no cree, Petro es la opción. Esos son los misiles que hay que lanzarle a los barcos de la corrupción capitaneados por Vargas Lleras e Iván Duque. El 27 de mayo, Es el día D. no podemos equivocarnos, y si la batalla por la construcción de una Colombia incluyente y justa, se prolonga, Petro y Fajardo, sin importar quién pase a la segunda vuelta, tienen la obligación de ser consecuentes con sus principios, y guiar al pueblo colombiano, por el camino de la esperanza, hasta la gran batalla en el mes de junio. 

En el Quindío, las fuerzas alternativas, tienen la obligación, de convertir, la esperanza nacional, en una departamental. No en vano, los quindianos llenaron con Fajardo y Petro, la plazoleta de la universidad, y la plaza Bolívar; Duque y Vargas Lleras, hicieron sus manifestaciones en pequeños recintos, en las oscuridades de la vergüenza. Punto de Encuentro reunió más de veinticinco líderes de centro izquierda y se vislumbra la posibilidad de construir un solo movimiento ciudadano, y convertirse en la opción que los quindianos anhelan, para llegar a las urnas en el 2019, con la misma alegría que lo van a hacer este 27 de mayo.
Petro y Fajardo deben capitanear el barco de Elpis.


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