Las opiniones expresadas por los columnistas son de su total y absoluta responsabilidad personal, no compromete la línea editorial ni periodística de LA CRÓNICA S. A. S.
Hoy tenemos una nueva oportunidad los ciudadanos colombianos, de demostrar nuestro grado de compromiso con nosotros mismos y con la sociedad, atendiendo de acuerdo con nuestra conciencia, el llamado a ejercer libremente el derecho al voto, sin interferencias sobre nuestras convicciones, principios y valores. Sin la consabida contaminación que muy seguramente han pretendido introducir los personajes que siempre andan en la búsqueda de los más frágiles y vulnerables para comprar por unas escasas monedas, su voto, a cambio de seguirse lucrando en los años siguientes, arrebatándole, a cambio, el derecho a su mejor estar, propio y de su familia. Porque eso es lo que ellos hacen, por 20, 30, 0 máximo 50.000 pesos: quitarles la salud, la educación, la seguridad, el trabajo, un techo digno.Un periódico de gran influencia en el país, lo reconocía esta semana en su editorial, acerca del lamentable estado de deterioro en el que nos encontramos, por la grave problemática social, la inseguridad en las ciudades, la miseria en un vasto sector de la población, la corrupción, la politiquería y paradójicamente invitaba a sus lectores a acoger justamente la propuesta presidencial, respaldada por el gobierno que hoy presenta un panorama tan desolador en materia social e institucional, en lo cual presenta un saldo rojo altamente preocupante.
Si las cosas según el editorialista están tan mal, lo lógico es entonces buscar otras alternativas, pues no es lógico seguir insistiendo en lo que desde el punto de vista social e institucional se encuentra tan mal. Luchar contra la corrupción que es el peor cáncer con que hoy cuenta nuestro país, combatir la politiquería que tiene al borde del abismo tantas organizaciones estatales, intensificar la lucha por la defensa de la vida que es sagrada frente a tanto ataques como los que ahora enfrenta, tutelar los derechos de las gentes más desprotegidas de la población, nunca comprando sus conciencias, sino respetando su dignidad, propiciando su acceso a las oportunidades a los que por mandato de la constitución, tienen derecho, no por dádivas o voluntad del gobernante de turno, combatir las patrañas como las chuzadas, los falsos positivos, las desapariciones forzosas, las infiltraciones. Introducir efectivamente mecanismos de eficiencia en la ejecución del presupuesto, atacar el acceso privilegiado de terratenientes a los dineros públicos como el caso aberrante del agro ingreso seguro, deben ser puntos prioritarios a considerar por un ciudadano de bien al momento de decidir finalmente a quien va a favorecer en las urnas.
Que la defensa de la familia, su integridad, su dignidad, su unidad, ocupen espacio prioritario en los planes de gobierno. Que la justicia sea eficaz, pronta y eficiente. Con todo lo anterior, es indispensable invocar la presencia del Espíritu Santo y que la familia Trinitaria y Una con el Padre y su Hijo Jesús nos ayude a tomar la mejor decisión, ojalá hoy mismo, evitando mayor desgaste físico y de recursos como los que implica una segunda vuelta, que bien podría destinarse a mejores fines sociales y comunitarios. Que escojamos la alternativa que más nos acerca al panorama ideal de una Colombia justa y pacífica, sin privilegios para unos pocos. Para nosotros esto puede parecer imposible, pero nunca para Dios.