Las opiniones expresadas por los columnistas son de su total y absoluta responsabilidad personal, no compromete la línea editorial ni periodística de LA CRÓNICA S. A. S.
Una grave crisis ambiental y económica está sufriendo Europa, Estados Unidos, Asia y el cuerno de África, por la ola de calor con temperaturas que han superado los 30°C, incendios forestales y desertificación de áreas agrícolas productivas, disminución del caudal de ríos, embalses que llegan hasta la sequía. En Pakistán, Afganistán y Bangladesh, hay graves inundaciones y extensas zonas afectadas por deslaves. La crisis ambiental está causando la muerte de cientos de personas y ha desplazado la población que busca refugios en salas de refrigeración pública, en albergues especiales y asentamientos temporales (ONU-Programa para el medio ambiente, 2022). Países como Estados Unidos, que han negado reiteradamente el cambio climático, hoy consideren declarar emergencia climática en su territorio.
No estamos lejos de sentir estos efectos, la temporada del fenómeno de la Niña se intensificó, muestra de ello son las bajas temperaturas en la Sabana de Bogotá y Aldana (Nariño), las tragedias por inundaciones en Supía (Caldas) y Guayabetal (Meta), alertan sobre las acciones que se deben tomar ya. Tenemos pocos años para evitar un colapso ambiental global.
Colombia es de los pocos países del planeta que considera en su legislación (CONPES 3918/18) estrategias para la implementación de los Objetivos de Desarrollo Sostenible (ODS) que minimicen los efectos del cambio climático y apuesta a la sostenibilidad bajo los parámetros de la Agenda 2030 a través de la institucionalidad, implementación y cumplimiento de los ODS (DNP 2017). Los gobiernos locales incluyen estrategias para su aplicabilidad en acuerdos y planes que se desarrollan en 4 años o más.
Aun así, las ciudades y sus habitantes no están listos, o no les interesa, o no saben cómo afrontarlo. ¿Cuántos de nosotros nos tomamos la molestia de leer las propuestas de los gobernantes electos y hacer veeduría sobre ello? Nos falta pertinencia. Hoy vemos cómo los períodos secos y de lluvias son cada vez más fuertes, afectan directamente el sector productivo, social y ambiental, nuestra economía y supervivencia como habitantes de este maravilloso territorio quindiano y colombiano está en riesgo.
Ahora, ¿cómo vamos a enfrentarnos y adaptarnos a esta nueva realidad, en las ciudades y viviendas? No es responsabilidad única del estado, el ciudadano común es solidario responsable.
Como ciudadanos incorporar estrategias sencillas y de bajo costo en nuestras viviendas y espacios de trabajo: captar el agua lluvia para uso de actividades domésticas, fomento del reciclaje y reutilización de residuos de construcción, procurar tener espacios ventilados e iluminados, ampliar la cobertura verde en andenes, fachadas, patios, espacio público o contexto cercano.
Constructores y desarrolladores de ciudad deben incluir estrategias de eficiencia energética y eficiencia hídrica en cada edificación propuesta y licenciada desde el 2015. Solamente a partir de estrategias sencillas como reconocer el clima para el diseño arquitectónico, estrategias pasivas (ventilar e iluminar naturalmente el espacio habitado), estrategias activas (ventilar mecánicamente e iluminar artificialmente sólo cuando se requiera), recolectar las aguas lluvias para su reuso, usar materiales de baja emisión de carbono, coberturas verdes en fachadas y/o cubiertas, son algunas propuestas que se pueden implementar de manera rápida.
Entidades como Camacol y el Consejo Colombiano de Construcción Sostenible (CCCS), plantean rutas para una construcción sostenible en el país. Desde el CCCS, la certificación CASA Colombia (2017) incorpora el concepto de sostenibilidad integral que reconoce proyectos sostenibles y saludables, como sistema multiatributo basado en desempeño, con indicadores cuantitativos y ha certificado alrededor de 3.000 unidades de vivienda. Entre todos sí podemos mitigar los efectos del cambio climático y evitar que la temperatura del planeta aumente en 1,5°C… adaptarnos será costoso.