Autor : Daniel Alejandro Restrepo Tabares
El estudio de acotamiento de la ronda hídrica se realizó durante todo el año y constituye un elemento importante dentro de los planes de ordenamiento territorial.
La Corporación Autónoma Regional del Quindío, CRQ, y la Universidad Nacional sede Medellín, socializan durante esta semana el proceso de acotamiento de ronda hídrica del Río Quindío y varios de sus tributarios.
En términos generales el proceso de delimitación del Río Quindío, principal afluente del departamento y de las quebradas Boquía, La Florida, Corozal, Cristalina, El Pescador, Cárdenas, La Víbora, Cruz Gorda, El Mudo, La Calzada, Bolivia, y los Río Navarco y Río Verde; no arrojó mayores riesgos que los asociados a la ocupación del cauce en algunas zonas por cuenta de construcciones presentes cerca de los cuerpos de agua.
Jaime Ignacio Vélez Upegui, profesor de la Universidad Nacional y coordinador técnico del equipo de trabajo que elaboró el estudio de acotamiento de la ronda hídrica informó que, este convenio con la autoridad ambiental, que inició a principios de año con una inversión cercana a los $1.300 millones, se desarrolló en 2 fases: la delimitación como tal y un proceso de zonificación de amenazas por inundación y avenidas torrenciales en las corrientes priorizadas.
El docente señaló que para el caso de Armenia los fenómenos encontrados sobre la ronda hídrica no fueron tan críticos, aunque sí se evidenciaron problemas de ocupación por infraestructuras en el sector de La María y en Balboa, en la vía hacia los municipios cordilleranos.
“Estos problemas de ocupación de la ronda hídrica pueden comprometer la seguridad de las personas y de las construcciones presentes en la zona, pero en el resto de la jurisdicción de la capital quindiana no se encontraron mayores riesgos, la quebrada La Florida tiene la ronda ocupada en algunos tramos, por lo que se debe pensar en el grado de amenaza que esto puede representar”, señaló Vélez Upegui.
El estudio de acotamiento de la ronda hídrica sugiere además que los entes territoriales deben realizar esfuerzos por la restauración ecológica en zonas aledañas a los cuerpos de agua, sin embargo, en las zonas del cauce que ya están ocupadas se debe buscar que no estén en riesgo y evitar que continúen creciendo.
Zona forestal protectora
En cuanto a la zona forestal protectora, el docente de la Universidad Nacional señaló que, aunque el decreto 2811 de 1974 del Código de los Recursos Naturales define que el componente desde la zona de la ronda hidrológica que es el área de inundación con periodo de retorno a 15 años, es de hasta máximo 30 metros, cada municipio tiene la oportunidad de definir sus zonas de protección.
“El tema de los 30 metros de la zona forestal protectora no es un tema técnico, sino que es un poco buscando unos espacios de respaldo jurídico para la actuación de la autoridad ambiental, la ronda puede tener en unas partes 200 metros en otras 50, 25 o 30 metros, todo depende de las características hidrológicas o geomorfológicas o ecosistémicas presentes en el territorio”, expresó el docente.
Respecto a la zonificación de amenazas por inundaciones y avenidas torrenciales se encontró que en zonas como La María o Boquía en Salento hay problemas de inundación que pueden pasar de severo o moderado.
El estudio determinó que, en algún momento, puede ocurrir una emergencia de grandes magnitudes, sin embargo, la situación en todo el departamento no es muy crítica y con actuaciones en prevención se pueden mitigar las amenazas.
Una vez la Corporación Autónoma Regional del Quindío, CRQ, revise el estudio de acotamiento, será elevado a acto administrativo para que los municipios lo incorporen como determinante ambiental dentro de sus Planes de Ordenamiento Territorial, POT.
El estudio de zonificación detallada de amenazas de inundación o avenidas torrenciales, también será entregado a los entes territoriales para añadir a sus instrumentos de planificación, lo que exigirá que los programas de gestión del riesgo cuenten con proyectos de prevención y mitigación en las comunidades.
