Autor : Gipsy Lozano López
Santiago Rincón Martínez, ingeniero mecatrónico, junto al prototipo Thirst. Foto : Gipsy Lozano López
En un mundo donde más de 2.200 millones de personas luchan diariamente por el acceso al agua potable y segura, un grupo de investigadores del departamento diseñó un dispositivo tecnológico que purifica el agua lluvia.
La Organización Mundial de la Salud, OMS, alerta sobre la cruda realidad que enfrentan más de 2.200 millones de personas en todo el mundo: la falta de acceso a agua potable y segura, exponiéndolas a diferentes enfermedades. En Colombia, a pesar de la riqueza en recursos hídricos, las amenazas de esta problemática también son latentes.
Según el Ministerio de Vivienda de Colombia, 3,2 millones de personas carecen de acceso al agua potable, especialmente en zonas rurales. Además, el Banco Mundial informa que un tercio de la población urbana del país vive bajo estrés hídrico debido a la demanda de agua, superando la oferta y debido a la creciente contaminación de fuentes de agua dulce.
En respuesta a esta urgente necesidad, un grupo de investigadores de la Universidad del Quindío ha ideado Thirst, un dispositivo tecnológico que puede purificar el agua de lluvia. Thirst, aparentemente simple en su diseño, va más allá de ser un recipiente de plástico con mangueras y una fuente de energía. Este dispositivo recoge y purifica el agua de lluvia mediante luz ultravioleta y carbón activado, bajo una fuente de energía sostenible.
La novedad nació en el Laboratorio de Materiales Orgánicos que adelanta investigaciones desde el Instituto Interdisciplinario de las Ciencias, de la Universidad del Quindío. El grupo de investigación está liderado por el profesor Jhon Jairo Prías y, con el apoyo de la Vicerrectoría de Extensión y Desarrollo Social, y la Unidad de Emprendimiento de la Uniquindío, creó una solución tecnológica que puede proporcionar agua potable en cualquier lugar.
Este avance promete abordar una de las crisis ambientales más apremiantes: la escasez de agua y su contaminación. El ingeniero mecatrónico Santiago Rincón Martínez, desarrollador del dispositivo y quien trabaja en el Laboratorio, destaca que el prototipo se basa en la investigación del grafeno oxidado, que tiene la capacidad de filtrar partículas pesadas en el agua.
El ingeniero Rincón Martínez subraya que este prototipo está diseñado específicamente para la región y tiene como objetivo inicial mitigar la escasez de agua potable en zonas rurales, antes de expandirse a nivel nacional e internacional. Actualmente, se están llevando a cabo pruebas controladas para evaluar su eficacia y confiabilidad.
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El agua en el Quindío
En una zona tan rica en recursos hídricos pareciera innecesario pensar en un dispositivo capaz de aprovechar el agua lluvia y volverla apta para el consumo humano. Pero afirmaciones de especialistas de universidades de la región advierten que el Quindío está cada vez más cerca de una problemática y crisis ambiental.
Según un artículo publicado en la Revista de la Asociación Colombiana de Ciencias Biológicas, llamado “Calidad ambiental en la quebrada de la Florida, unidad de manejo de cuenca del Río Quindío”, en la ciudad de Armenia la quebrada La Florida, aún con una baja contaminación por mineralización y sólidos suspendidos, ya comenzaba a presentar una contaminación mediana por materia orgánica. Con el crecimiento demográfico que ha experimentado la ciudad, las cosas no han ido mejorando.
En su trabajo de investigación, “La historicidad del recurso hídrico en Armenia, Quindío, apoyado en un sistema de recolección de aguas lluvias”, del 2019, Yamile Sastoque Santa, de la Universidad Tecnológica de Pereira, resalta las 54 quebradas que Armenia posee dentro del casco urbano. Sin embargo, cada una de ellas “reciben la totalidad de los vertimientos domésticos e institucionales de la capital quindiana”. Asimismo, en los afluentes hay una abundante presencia de plásticos, vidrio y metales.
En dicha investigación, a la crítica situación ambiental, se suman los asentamientos humanos sobre los suelos de protección. Al igual que la contaminación hídrica por coliformes fecales que, para el 2019, año en el que se entregó el trabajo de tesis, tenía un rango mínimo de 2300 NMP (número más probable de coliformes en 100 ml), y un máximo de 240 millones NMP en las quebradas de Armenia.
Frente a este panorama, las instituciones públicas enfrentan grandes desafíos respecto a la potabilidad del agua en la región. Aunque se han logrado grandes avances, el cambio climático supone uno de los mayores obstáculos. Las sequías se han convertido en una constante preocupación mundial, aunque pensar en las aguas lluvias puede parecer una buena opción, los agentes contaminantes y la acidez que se puede encontrar en ella la convierte en una fuente no potable.
Thirst, una iniciativa que podría cambiar la vida de millones de personas en Colombia es un ejemplo destacado de cómo la tecnología y la investigación pueden abordar problemas críticos de la sociedad y el medio ambiente.
Este prototipo representa un faro de esperanza en la lucha contra la escasez de agua potable y la contaminación en Colombia. A medida que continúan las pruebas y se perfecciona esta solución tecnológica, se vislumbra la posibilidad de un futuro en el que comunidades rurales y urbanas puedan acceder a agua potable de manera más segura y sostenible.
