Autor : Andrés Felipe Ramos Gámez

El partido entre lusitanos y naranjas finalizó 1-0 a favor de los primeros y clasificación a cuartos de final.
Portugal y Países Bajos dejaron un balance de 16 tarjetas amarillas y 4 rojas.
La Copa Mundial de la Fifa no siempre es un espacio de alegría, de colegaje y juego limpio. En la historia han quedado escritos encuentros que se caracterizaron no por su juego exquisito y el talento de los jugadores sino por la violencia en el terreno de juego.
Son varios los duelos donde las peleas, las tensiones y demás fueron notorias y llevaron a los árbitros a castigar con amonestaciones o expulsiones.
La ‘Batalla de Núremberg’ es el compromiso recordado por ser uno de los más conflictivos, las protagonistas fueron las selecciones de Portugal y Países Bajos, durante la Copa Mundial de la Fifa Alemania 2006.
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El choque se dio en la fase de octavos de final, fueron los lusitanos los que se quedaron con la victoria 1-0 y el cupo a cuartos de final, anotación obtenida por Maniche, cuando se disputaba el minuto 23 del primer tiempo.
Pero lo llamativo, una vez al culminar la contienda en los 90 minutos, fue el balance de tarjetas: 16 cartones amarillos y 4 rojas.
Los expulsados del duelo fueron Deco y Costinha por los lusitanos, tras doble tarjeta amarilla; y Giovanni van Bronckhorst y Khalid Boulahrouz, por los naranjas.
Las demás tarjetas
En Portugal vieron el cartón amarillo el portero Ricardo, el defensor Nuno Valente, así como los volantes Luis Figo, Maniche y Petit.
En Países Bajos también fueron amonestados los mediocampistas Mark van Bommel, Wesley Sneijder y Rafael van der Vaart.
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Históricos y violentos
En casi 100 años de la cita global hay otros encuentros que se caracterizaron por su violencia en la cancha de juego.
Uno de ellos fue el que tuvo frente a frente a los oncenos de Hungría y Brasil –victoria de los europeos 4-2-, por los cuartos de final de la copa de Suiza 1954.
El juego violento calentó la cabeza de ambos combinados y cuando el juez decretó el final del encuentro inició una batalla campal, al punto que debieron entrar funcionarios de seguridad a separar los jugadores y calmar los ánimos. Fue tal la pelea que varios jugadores de ambos equipos debieron recibir atención médica.
En 1962, cuando el certamen se celebró en Chile, la selección anfitriona se enfrentó a Italia, los locales en esa ocasión vencieron 2-0. Pero el resultado quedó en un segundo plano, tras la pelea de ambas delegaciones en la cancha de juego del estadio de Santiago. La batalla de ambos dejó a deportistas que debieron ser trasladados a un hospital por las heridas de consideración que sufrieron.