6 acuarelas de un artista que se enamoró con el paisaje que sus ojos veían para luego enamorar a los demás con su pincel.
Prolija y bien criticada fue la obra del pintor, arquitecto y docente calarqueño Hernando Jiménez Sánchez. El hijo de don Hernando y doña Tulia falleció el jueves pasado a los 69 años. En sus 3 hijos: Laura Del Sol, Manuela María y Samuel Hernando, pervive el respeto y el apego al arte. El maestro de la acuarela y los paisajes descansa en paz porque trascendió a través de su pulido pincel, la enseñanza y la crianza de sus vástagos quienes como él abrazaron el arte como proyecto de vida.
Ya no está físicamente entre quienes le expresaron admiración por su obra pictórica ni entre quienes requirieron sus servicios profesionales como arquitecto, pero sigue en las salas de las casas y oficinas en donde sus paisajes cafeteros se apoderan sin esfuerzo de los sentidos; quedan sus consejos, su generosa y sensible conversación y los mejores recuerdos de quien en vida supo ganarse el aprecio de muchos. La Crónica del Quindío reproduce en esta página algunas de las acuarelas del maestro Hernando Jiménez, como homenaje póstumo y de reconocimiento a su legado.
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