Autor : La Crónica
El detenido, de ser encontrado culpable por un juez de la República, en un juicio oral y público, se expone a una pena mínima de 20 años de cárcel y máxima de 41.
“¡Señora ayúdenme, mató a mi mamá, ayúdenme!”. Según vecinos de la víctima mortal en barrios Unidos, de La Tebaida, esa fue la súplica que una y otra vez, hizo a gritos el hijo, de 4 años de edad, de Lina Marcela Ochoa Ortiz, mientras que el compañero sentimental de su mamá, por motivos que se desconocen, la atacaba con unas tijeras.
Los residentes de la zona de invasión donde ocurrió el suceso revelaron que desde las 11:30 p. m. del pasado Viernes Santo se escuchó una fuerte discusión entre la pareja, pero nadie en el vecindario se involucró, por ser un problema ajeno y porque no creyeron que le estaba quitando la vida en el interior del cambuche en el que pasaban sus días. Aunque una vecina le decía al presunto agresor que le abriera la puerta, este se negaba a hacerlo.
“¡Mi niño, mi niño, que alguien proteja a mi niño! y ¡Ayúdenme, ayúdenme, que me va a matar! Esos fueron los clamores de la joven madre, de 21 años de edad, que los mismos vecinos escucharon, por lo que ya notaron que la situación era grave, que el hombre la estaba lastimando.
“El niño lloraba, pero el tipo como que le tapaba la boca para que no gritara. El presunto feminicida salió a la puerta con el niño en los brazos y le dijo a una vecina que llamara a la policía que él la había matado”, aseguró un testigo que pidió reserva de su identidad.
Añadió que muy rápido llegaron 2 uniformados a la escena, pero que pese a haber confesado el hecho, el supuesto agresor trató de huir por la parte trasera del cambuche. En poco tiempo llegaron más refuerzos policiales, quienes se vieron obligados a tumbar la puerta. El supuesto feminicida, al verse rodeado, no le quedó más remedio que entregarse a las autoridades.
Cuentan que mientras la Policía lo llevaba capturado, un muchacho de la zona le preguntó por qué había hecho eso, “pero no respondía, estaba como en trance”, revelaron.
Entre el amor y los maltratos constantes
Otra residente de la zona, vio que durante el día la pareja estuvo junta y los notó bastante cariñosos, pero un vecino más aseguró que el maltrato, que el señalado del crimen le daba a la joven, era diario y, por lo general, lo hacía después de las 12 p. m., cuando llegaba de la calle.
Los entrevistados por este medio coincidieron en afirmar que la joven víctima poco trataba con la gente de la zona y prefería estar en su morada, pues solo salía a ‘rebuscarse’ la vida como vendedora de piñas y desempeñando otro tipo de labores.
Miembros de la Seccional de Investigación Criminal, Sijín, de la Policía, inspeccionaron la escena de los hechos y el cadáver de la víctima, al que trasladaron a la morgue del hospital La Misericordia, de Calarcá, para que los forenses de Medicina Legal y Ciencias Forenses le practiquen la necropsia y se lo entreguen a sus dolientes, quienes le darán el último adiós.
La pareja llevaba 2 meses y medio de vivir en la zona donde ocurrió la desgracia. El niño, hijo de Lina Marcela, se lo llevó la Policía y será entregado al Instituto Colombiano de Bienestar Familiar, ICBF, con el fin de restablecer sus derechos y brindarle un tratamiento sicosocial y unas mejores condiciones de vida, que le ayuden a superar este complejo suceso.
