Autor : Andrés Ramos Gámez

El gerente de la entidad clínica, Rubén Darío Londoño Londoño, aseguró que dejaron de llegar personas con síntomas distintos a coronavirus.
En tiempo de pandemia, la facturación en el hospital San Juan de Dios de Armenia disminuyó en el 2020, por lo que la institución dejó de percibir $24.713.484.454 en comparación con el 2019.
La cifra fue dada a conocer por el gerente de la entidad, Rubén Darío Londoño Londoño, durante una charla que tuvo con medios de comunicación para conversar sobre aspectos del centro clínico en tiempos de Covid-19.
“Era lógico no sumar ese rubro porque la gente que presentaba un dolor de cabeza, una fibre, o afectación en la presión no vino a la entidad, solo llegaron los que tenían síntomas de Covid-19. Dejaron de ingresar alrededor de $24.000 millones, una cifra comprendida desde marzo de 2020, cuando empezó la emergencia, hasta el 31 de diciembre pasado”, expresó el directivo.
En el 2019 el ingreso por este aspecto para el establecimiento fue de $98.857.412.073 y en comparación con la vigencia pasada la disminución equivale al 33,33 %.
Sin embargo, y aunque fue un golpe financiero grande, Londoño Londoño manifestó que se pasó el fin de año aún con superávit y el 2020 fue la temporada que más recaudos se tuvo en comparación con los demás. “Es decir, nos logramos sostener financieramente, aunque tenemos aún una lucesita roja por la facturación y que nos toca al interior, y desde el punto de vista de la gestión administrativa, lograr que no entremos en un déficit fiscal. Hoy lo estamos resolviendo”.
En ese sentido, en el 2019 se recaudaron $39.056.450.718, mientras que en el 2020 la cifra fue de $46.045.124.370.
Dentro del balance, también destacó el gerente que se mantuvo el equipo de salud con el que se trabaja antes de la pandemia: “No despedimos a nadie, porque se debe aclarar que los decretos presidenciales no lo permitían, pero no trajimos más porque no se necesitaba”.
Agregó: “Es cierto que se solicitó más personal después, pero debido a que muchos decidieron irse porque estaban cansados, en un tiempo se marcharon 20 auxiliares por el temor, el agotamiento, porque tienen unos padres o familia que pueden afectar, fueron decisiones que se debían aceptar”.
En el centro médico contaron los servicios de un sicólogo para fortalecer, acompañar y mantener la salud emocional de los colaboradores: “Sin embargo se mantuvo el mismo gasto en el personal, pensar en que debía tener el hospital vacío y que iba a sacar muchas personas para ahorrarme plata no era posible, eso era un atropello y porque los decretos no permitán, pero sí tratamos de fomentar el teletrabajo en casa”.
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Afrontar la pandemia
En el país, la emergencia sanitaria por la pandemia se declaró el 12 marzo de 2020, un reto nunca antes vivido por la actual generación.
Al llegar a la gerencia a principio de abril, Londoño Londoño manifestó que se debían tomar medidas internas ante una situación compleja y de amplia magnitud, se tenía que contar con un accionar interno antes de que llegara el apoyo de los gobiernos seccional y nacional, y demás organizaciones.
“Se instaló la mesa Covid, se replantearon algunos aspectos internos de la entidad, organizamos a nuestros especialistas y empezamos a mirar el antes dé, para que no nos cogieran fuera de base. Eso fue ideal para que hoy por hoy el hospital tenga un balance positivo sobre el tema de atención y que nunca haya colapsado por el número o frecuencia de casos que hayan llegado”.
Antes de la emergencia, se contaba con 14 camas que funcionaban como de cuidados intensivos y 4 de cuidados intermedios: “Entre las ayudas y donaciones nacionales llegamos a tener 74 camas de unidades de cuidado intensivo, es un evento inmenso, pero también hay que sostenerlas con auxiliares de enfermería, enfermeros, especialistas, intensivistas, insumos, medicamentos y otros elementos”.
Así mismo, cuando se activó la alerta de inmediato se procedió a la adquisición de elementos de protección -caretas, guantes, tapabocas y demás- para el personal: “Esto evitó que se tuvieran focos de infección en ninguna parte”.
Empero, 45 empleados fueron positivos por el virus, pero se contagiaron fuera del establecimiento: “Muchos se contaminaron en otros espacios como supermercados o en su núcleo familiar, pero no tuvimos focos intrahospitalarios hasta el día de hoy. Hemos sido respetuosos y manejado unos procolos supremamente intensos y eso nos costó un dinero importante, alrededor de $700 millones”.
Después empezaron a llegar las donaciones de Quindío Competitivo, de Aliados por la Salud: “Después entró un actor muy importante que fueron las ARL, aún recibimos elementos”.
Desarrollo de infraestructura
A pesar de algunos inconvenientes de tipo presupuestal en el hospital San Juan de Dios de Armenia, continúa el desarrollo de varias obras de infraestructura en la entidad.
De acuerdo con el gerente Rubén Darío Londoño Londoño, están en ejecución la compra de ascensores por un costo de $612.850.000 y la construcción de una central de esterilización con una inversión cercana los $2.000.000.000.
Así mismo, se instalaron 15 puntos de gas natural para agua caliente, con un precio de $14.240.285, además se desmontó la caldera, lo que permitió un ahorro promedio mensual de gas de 83,6 %.
En relación con adecuaciones de áreas de hospitalización, ginecobstreticia y salud mental, serán intervenidos 1.900 metros cuadrados con un presupuesto que está en $10.568.562.452, las obras se reanudarán a partir del 5 de abril.
En el caso de modernización tecnológica, se lograron comprar 77 equipos biomédicos mediante figura de empréstito por valor de $2.965.719.374. Así como 340 equipos de equipos biomédicos para atención de pandemia con recursos de regalías por $4.223.004.990.
Finalmente, sobre equipos adquiridos por donaciones, fueron 214 los elementos avaluados en $4.807.187.903.