Algunos ciudadanos se preguntan en qué invierten el dinero que reciben de las multas.
El caleño Óscar Mosquera llegó ayer a las instalaciones de la Secretaría de Tránsito y Transporte de Armenia, Setta, con la intención de hacer un transpaso y se llevó una pésima imagen de esa entidad y del gobierno municipal. Al llegar a la entrada se encontró con un gran pantanero en medio de un pasillo estrecho y rodeado de tablas, que parecía más un sitio de mala muerte, incrustado entre la maleza, que la oficina de una entidad estatal.
“Lo veo muy deteriorado, está bastante abandonado. A ellos por concepto de multas se les genera muy buenos ingresos, pero a la vista se nota que no le meten la mano a las instalaciones, basta con ver la altura del pasto en medio del camino a las oficinas”, opinó el visitante vallecaucano.
Para Pastor Huesaquillo, quien salía de hacer unos trámites de allí, dijo: “eso es como si hubiera un muerto y nadie hiciera nada por él. Armenia no tiene dolientes. A los usarios nos dejan a la diestra de Dios padre. Me va a perdonar lo que le voy a decir, pero la entrada a este sitio es una porquería”.
Para Eneriet Varela, quien salía de Setta, que un lugar público esté en esas condiciones es un maltrato al asuario y una falta de sentido de pertenencia por la ciudad de los mandatarios.
Este medio se comunicó con José Arley Herrera Gaviria, director del departamento administrativo de bienes y suministros de Armenia, y con Daniel Jaime Castaño, director de Setta, para conocer qué planes tienen para mejorar la infraestructura de ese sitio. El primero se encontraba en una reunión y el segundo no contestó la llamada.
LA CRÓNICA estuvo allí y le muestra a los lectores, por medio de imágenes, el abandono en el que se encuentra la entrada, adentro y la zona que lo rodea.
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