Las opiniones expresadas por los columnistas son de su total y absoluta responsabilidad personal, no compromete la línea editorial ni periodística de LA CRÓNICA S. A. S.
«El mundo habrá acabado de joderse —dijo entonces— el día en que los hombres viajen en primera clase y la literatura en el vagón de carga».
Las palabras del sabio catalán, en la estación del ferrocarril de Macondo, cuando sus baúles repletos de libros iban a ser embarcados en el vagón de carga, retratan cómo es tratado el arte y la literatura, en un país de cafres como es Colombia.
El Quindío como Macondo no tiene una política pública sobre la cultura, es nuestra oportunidad de armonizar con el PND esa política. Es la hora de rescatar las tradiciones y todas las expresiones populares, pero también lo es, apoyar sus expresiones artísticas. Hay algunos departamentos que tienen política pública y los resultados se ven en su expresión literaria, en su pintura, en su cine, en su danza y en todos sus saberes populares.
El futuro gobernador debe incluir en su plan de gobierno, la reestructuración y el apoyo total a la Biblioteca de autores Quindianos, BAQ, con un presupuesto suficiente para profundizar en su objetivo, y participar en la Filbo. Da tristeza ver que la mayoría de los departamentos tienen un stand en dicha feria, y sus escritores llegan allí con el respaldo departamental, mientras el Quindío, brilla por su ausencia. Como en Macondo, los escritores viajan en vagón de carga, mientras los cafres que nos gobiernan viajan en clase especial. Le pido a los candidatos a gobernación, un pronunciamiento público, que incluya su compromiso para que la literatura no viaje en vagón de carga, y nuestro departamento esté representado en la Filbo.
El nombramiento en la secretaría de Cultura, si bien responde a compromisos políticos, debe responder también a criterios técnicos de capacidad y conocimiento, para hacer de la región un fortín cultural. Esa secretaría debe nombrar en las direcciones, conocedores dolientes del oficio, para librar de amiguismos las actividades a su cargo. La reestructuración de la Biblioteca de Autores Quindianos, con un buen presupuesto, y destinación específica de una parte del recaudo de la estampilla procultura, le permitiría trascender su campo actual. Hay que revisar algunas falencias, como el comité editorial, para que los autores a publicar no sean producto de una autoselección. Debe haber un comité independiente de la biblioteca y de la academia de historia del Quindío, para evitar que sean juez y parte en la selección de las obras, la literatura quindiana va más allá de la BAQ.
Adenda. El promedio lector en Colombia es 2.7, inferior al latinoamericano 3.9. Se aproxima la FILAQ, no le digo feria del libro, sino fiesta, allí los lectores quindianos, encontrarán en la librería El Quijote, en el Centro de convenciones mi novela Un santo en el infierno, prologada por Juan Pablo Barrientos, novela que en sus palabras “Narra con humor y sátira las más importantes y tenebrosas revelaciones de la pederastia eclesial en los últimos veinte años. Con las palabras necesarias narra el horror que representantes de Cristo en la tierra, infligieron a miles de niños, niñas y adolescentes”