Las marchas en el Quindío continuaron ayer por las principales calles de Armenia y otros municipios, en medio de la revolución social que vive Colombia, en la cual el departamento ha sido protagonista, pues grupos de activistas, integrantes de colectivos sociales, agrupaciones juveniles y artistas, entre otros actores, que claman para que sean escuchados, o leídos, y para ello han encontrado en los carteles y la vía pública los espacios ideales para dar muestra de su ‘despecho social’.
Buscan en unión que reformas planteadas en temas tan importantes como la salud y las pensiones no prosperen, mientras que el gobierno nacional analiza posibles salidas.
La minga indígena hace sus exigencias. En el sector de Versalles, en Calarcá, al lado de camioneros, cerraron el acceso a la vía a La Línea, arteria fundamental para el transporte en Colombia; y aunque había una tensa calma, no se presentaron actos de violencia.
En la plaza Bolívar de la capital del ente seccional se reunieron los caminantes: arengaron, cantaron, pero en la tarde el silencio se paseó por los adoquines del corazón de la ‘Ciudad Milagro’.
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