Autor : Jorge Andrés López Vásquez
Un artículo científico publicó estas conclusiones reveladoras.
Existe evidencia sólida, obtenida a través de pruebas clínicas, serológicas, farmacológicas, patológicas, genómicas y estudios experimentales, de que la toxoplasmosis aumenta los riesgos de padecer esquizofrenia, trastorno bipolar, conducta suicida y trastorno obsesivo, pero no depresión mayor, alzheimer o parkinson. Las reveladoras conclusiones fueron publicadas en el artículo científico ‘Estimaciones del número de personas con enfermedades mentales asociadas a la toxoplasmosis e identificación de factores de riesgo por continente’.
El texto conocido está vinculado a la tesis doctoral de Jennifer Nessim Salazar, estudiante del doctorado en Ciencias Biomédicas de la Facultad de Ciencias de la Salud de la Universidad del Quindío, en colaboración con los investigadores Julio César Luna Ramírez, Germán Alberto Moreno Gómez, Jorge Enrique Gómez Marín y Diana Milena Galvis Soto, y publicada en Sciencedirect, sitio web que alberga más de 12 millones de piezas de contenido de 3500 revistas académicas y 34 000 libros electrónicos.
Lea también: Avances en vacuna para prevenir infecciones por toxoplasmosis en embarazadas y sus bebés
Este es el primer estudio que estima los factores de riesgo de enfermedades mentales asociadas con la toxoplasmosis; para llegar a estas conclusiones, los investigadores realizaron un rastreo global de factores ambientales. De acuerdo con este estudio, los trastornos mentales pueden explicarse por la ubicación del parásito en regiones anatómicas específicas del cerebro y contempla los cambios observados en la distribución de la dopamina del neurotransmisor y en la arquitectura del cerebro. Los investigadores estimaron, según el número de casos, que la fracción poblacional atribuible de enfermedades mentales asociadas con la toxoplasmosis es del 20,4 % para la esquizofrenia; del 27,3 % por trastorno bipolar; y del 0,29 % por conducta suicida (autolesiones).
Trabajos anteriores estimaron la fracción atribuible a algunas enfermedades mentales, pero no se había realizado una estimación completa de la carga global, por la falta de datos de prevalencia de algunas regiones del mundo. De acuerdo con la doctora Jennifer Nessim Salazar, esta es la primera publicación científica en la que investigadores colombianos exponen la relación de la toxoplasmosis con las enfermedades mentales. “Este es un tema que a todos debería importarnos porque cualquier persona se puede infectar. Si algo nos deja claro esta investigación es que los factores de riesgo existen más allá de las condiciones socioeconómicas en las que se viva. Nuestra conclusión es que no está ligado con la pobreza, porque no solo es el agua o las condiciones de insalubridad; elementos que están en todas las clases sociales, como el consumo de carnes, juegan un papel clave”.
“Lo primero que hicimos fue actualizar la información del metaanálisis para obtener la fracción atribuible y luego estimar el número de personas con enfermedad mental asociada con toxoplasmosis. Pero fuimos más lejos, para lograr números confiables y precisos, se desarrolló un novedoso modelo matemático de dispersión de toxoplasmosis y se identificaron los factores de riesgo por continente. Con el apoyo de la experta en modelos predictivos, Diana Milena Galvis Soto, logramos desarrollar una matriz matemática. Según esta predicción, mediante un modelo bayesiano, descubrimos que estos varían geográficamente. En África, por ejemplo, el factor de riesgo más importante fue la contaminación del agua; en la región europea, la cocción de las carnes. Este modelo matemático nos permitió estimar el número de personas que estarían enfermas con síntomas siquiátricos asociados a toxoplasmosis. A partir de este estudio se pudo evidenciar que alrededor del 20 % de la esquizofrenia y el 27 % de los trastornos bipolares en todo el mundo estarían asociados a toxoplasmosis. Esto quiere decir que si logramos eliminar la infección por toxoplasma evitaríamos alrededor de una cuarta parte de los trastornos bipolares y más del 20 % de la esquizofrenia”, acota la doctora Nessim Salazar.
Los estudios experimentales en roedores demostraron la preferencia de toxoplasmosis gondii por ciertas células y zonas del cerebro que tienen un impacto importante en las decisiones emocionales y de comportamiento. La infección por toxoplasma se manifiesta en forma de quistes. Los estudios han sugerido que esto podría generar cambios en el comportamiento de la persona, siendo la carga de quistes el principal impulsor de la respuesta inflamatoria en el cerebro.
Para el doctor Jorge Enrique Gómez Marín, el análisis de muestras forenses fue clave: “Estas enfermedades aparecen como resultado de la interacción entre factores genéticos, la presencia de agentes infecciosos y otros factores ambientales. Desde hace varios años muchos grupos han venido trabajando en tratar de identificar el parásito en cerebros de personas con enfermedades mentales, pero fue gracias al trabajo de la doctora Nessim, en apoyo con el Instituto de Medicina Legal, que se logró recolectar suficientes muestras forenses para demostrar que, en personas que habían tenido muerte por suicidio, estaba presente el parásito en región de amígdala, y al localizarse específicamente allí, logra esos cambios en el comportamiento. La Universidad del Quindío es la primera que logra demostrar esto en personas que han cometido suicidio”.
Este estudio es posible gracias al trabajo de los grupos de investigadores de la Universidad del Quindío, de Parasitología Molecular (Gepamol), del Centro de Investigaciones Biomédicas, de la Facultad de Ciencias de la Salud, de la Facultad de Ciencias Agroindustriales, de investigación y asesoría en estadística, y de la Facultad de Ciencias de la Salud de la UTP.
