Autor : Alberto Gómez Mejía / Especial para LA CRÓNICA
Fotografías de Hernán Vanegas Pastrana
Colaboración especial del Jardín Botánico del Quindío para NUEVA CRÓNICA QUINDÍO.
Los insectos tienen patas con articulaciones por lo cual están comprendidos entre los animales artrópodos, palabra que viene del griego ἄρθρον, árthron, ‘articulación’ y ποδο- podo, que es ‘pie’. y tienen tres pares de extremidades por lo cual son hexápodos, del vocablo griego ἑξα, hexa, que significa ‘seis’ y ποδο- podo, ‘pie’. Su esqueleto es como una armadura, que se llama exoesqueleto.
Otra característica bien especial de los insectos es que a través del llamado ‘órgano de Johnston’, localizado en el segundo segmento de las antenas, pueden sentir sabores, olores o tactos, y detectar información sobre alimentos, parejas, enemigos, localización y rutas migratorias, inclusive sobre los movimientos del aire. Son unas células sensoriales descubiertas por el médico y profesor de cirugía en la Universidad de Maryland Christopher Johnston, quien hizo pública la noticia en 1855 en la Revista trimestral de la ciencia de la microscopía. Este receptor sensorial diferencia los insectos de otros hexápodos. La mariposa achocolatada de raya blanca lo tiene bien desarrollado, lo cual explica la excelencia de su vuelo. Su nombre científico es Siproeta epaphus.
Según las fuentes de información disponibles, el género Siproeta de la familia Nymphalidae fue publicado en 1823 por el entomólogo alemán Jakob Hübner en el trabajo titulado Colección de mariposas exóticas, con base en la especie tipo Siproeta trayja, del mismo autor. Dice además que fue reclasificada como Siproeta epaphus trayja. En las mismas fuentes aparece que el entomólogo francés Pierre André Latreille, diez años antes, había publicado la especie Siproeta epaphus. En resumen, no resulta claro el asunto.
También es confuso el origen de la palabra Siproeta. Se había indicado que, conforme al Diccionario etimológico de Pedro Romero cedido a la Comunidad de Madrid, es una alteración de Spiroeta, pero no se indicó qué significaba esta palabra. Según otra versión, tomada de la mitología, “en cierta oportunidad en que Diana, diosa romana de la caza, se encontraba tomando un baño en el estanque, descubrió que Siproeta, un fornido doncel escondido tras densos matorrales observaba sus movimientos. Ofendida e irritada, castigó al joven convirtiéndolo en mujer”. En todas las demás versiones se indica que quien sufrió la desgracia fue Acteón y que Diana lo convirtió en venado para ser devorado luego por los perros. A su turno, la palabra epaphus proviene de la mitología griega: Epafo (Ἔπαφος, Epaphos), rey de Egipto. Su nombre significa ‘tocar’, porque nació del toque de la mano de Zeus.
Esta bella mariposa ova (ovar = poner huevos) en las hojas tiernas de plantas de la familia Acanthaceae, tales como Blechum pyramidatum, Trichanthera gigantea y Ruellia tuberosa. Los huevos son de color verde oliva y se tornan grises cuando están a punto de eclosionar. La cabeza y el cuerpo de la larva son negros y amarilla la base de los scolus (espinas). La crisálida es verde, con espinas de color naranja que luego terminan negras.
Se encuentra entre los 400 y los 1.500 metros desde el sur de Norteamérica hasta Suramérica. Se conocen tres subespecies: Siproeta epaphus epaphus: se da desde México hasta Brasil; Siproeta epaphus gadoui: presente en Venezuela; y Siproeta epaphus trayja: propia de Brasil y Paraguay.
