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Ciencia / OCTUBRE 30 DE 2022 / 1 año antes

Tierra, “al rojo vivo”

Autor : Diego Arias Serna

Tierra, “al rojo vivo”

El clima está cambiando en todos los rincones del planeta a una escala no vista en miles y hasta cientos de miles de años, según el informe del Grupo Intergubernamental de Expertos sobre el Cambio Climático.

En agosto de 2021 se reveló que un nuevo informe del Grupo Intergubernamental de Expertos sobre el Cambio Climático (IPCC) demostró que las emisiones de gases de efecto invernadero (GFI) de las actividades del Homo sapiens, son responsables de un calentamiento del planeta en un 1,1° grados Celsius (oC) desde el periodo 1850-1900 hasta la actualidad, lo cual es una advertencia de la “espada de Damocles”, que tiene en vilo la existencia tanto de la humanidad como del planeta, así como de los sistemas biológicos. También las armas nucleares son otra amenaza que muestra sus ‘dientes’, en particular, con el conflicto ruso-ucraniano. 

Como el 24 de octubre se conmemoró el Día Internacional Contra el Cambio Climático, cuyo propósito es alertar a la sociedad acerca de los efectos nocivos y devastadores del aumento de las temperaturas que sufre el planeta, entonces, este espacio se dedica justamente a este tema. Los expertos definen el cambio climático como la variación global del clima y la temperatura de la Tierra, generado a largo plazo por causas naturales. Sin embargo, advierten que en el último siglo la contaminación generada por la actividad humana ha acelerado estos procesos. 

Las causas de estos fenómenos han sido por la emisión de los GEI generados por factores tales como la quema de combustibles fósiles, el mal uso del suelo y de la energía, la destrucción de los bosques, el pastoreo sin control, más las actividades industriales y, en general, el mal comportamiento de la sociedad. Uno de los gases, el dióxido de carbono (CO2), se considera natural y adecuado para la supervivencia de la fauna y la flora, pero con el advenimiento de la industrialización (siglo XVIII), hasta el momento, la cantidad de GEI liberada ha superado con creces los niveles de los últimos tres millones de años. 

El informe fue considerado un “código rojo” para la humanidad, porque las señales de alarma fueron ensordecedoras y las pruebas irrefutables. Todos los expertos están de acuerdo en manifestar que el clima está cambiando en todas partes, a una escala no vista en miles y hasta cientos de miles de años. Y coinciden que algunos de esos cambios en marcha serán irreversibles por miles y hasta cientos de miles de años. Pero todos también coinciden en afirmar que “una reducción enérgica y duradera de las emisiones de CO2 y otros GEI pueden limitar la magnitud del cambio climático”. 

Economías verdes: “para mañana es tarde” 

Cuando António Guterres, secretario general de la ONU, conoció el informe del Ipcc, alertó: “El umbral de calentamiento global acordado internacionalmente de 1,5 oC por encima de los niveles preindustriales estaba “peligrosamente cerca”. Corremos el riesgo inminente de alcanzar los 1,5 oC a corto plazo. La única manera de evitar que se sobrepase este umbral es redoblar urgentemente nuestros esfuerzos y perseguir la vía más ambiciosa”. 

El titular de la ONU explicó que las soluciones están claras: “Las economías inclusivas y verdes, la prosperidad y un aire más limpio, junto con una mejor salud, son posibles para todos, si respondemos a esta crisis con solidaridad y valor”. A su turno Panmao Zhai, copresidente del grupo de trabajo del Ipcc, afirmó: “El cambio climático está afectando cada rincón del planeta de múltiples formas. Los cambios que experimentamos aumentarán con el incremento del calentamiento”. El informe proyecta que en las décadas venideras el clima se alterará en todas las regiones. 

Con un aumento de 1,5° C, habrá más olas de calor, las estaciones cálidas serán más largas y las frías más cortas. Alcanzando los 2 °C, los eventos extremos de calor serán más frecuentes y se llegará a niveles de tolerancia crítica para la salud y la agricultura. “Estabilizar el clima requerirá reducciones fuertes, rápidas y sostenidas de las emisiones de GEI y llegar a cero emisiones netas de CO2. Limitar otros gases de efecto invernadero y contaminantes atmosféricos, especialmente el metano, podría ser beneficioso tanto para la salud como para el clima”, concluyó Zhai. 

Los seres humanos ya calentaron el planeta unos 1,1 oC desde el siglo XIX, en gran parte al quemar carbón, petróleo y gas para obtener energía. Las consecuencias se pueden sentir en todo el orbe: sólo este verano, olas de calor abrasadoras mataron a cientos de personas en Estados Unidos y Canadá; las inundaciones devastaron Alemania y China, y los incendios forestales han sido incontrolables en Siberia, Turquía y Grecia, afirma el informe. 

Mucho calor y poca agua: ardiente panorama 

Los científicos encontraron que, con 1,5 ºC de calentamiento, los peligros aumentan considerablemente. Casi 1.000 millones de personas podrían sufrir olas de calor más frecuentes que pondrían en peligro su vida. Cientos de millones más tendrían que luchar por el agua debido a las graves sequías. Algunas especies animales y vegetales que hoy en día viven, desaparecerían. Los arrecifes de coral, que sustentan la pesca en amplias zonas, sufrirán con mayor frecuencia muertes masivas. 

“Podemos esperar un aumento significativo de las condiciones meteorológicas extremas en los próximos 20 o 30 años”, indicó Piers Forster, científico del clima de la universidad de Leeds, Inglaterra, y uno de los expertos que ayudaron a escribir el informe. “Desgraciadamente, es probable que las cosas se pongan mucho peor de lo que son hoy”. El nuevo informe no deja lugar a dudas: el ser humano es responsable del calentamiento global, y concluye que prácticamente todo el aumento de las temperaturas medias globales desde el siglo XIX ha sido impulsado por las naciones que queman combustibles fósiles, talan los bosques y cargan la atmósfera con GEI como el CO2 y el metano, que atrapan el calor. 

El informe señala: los cambios climáticos que se han producido hasta la fecha casi no tienen parangón en la historia de la humanidad. Es muy probable que la última década sea la más calurosa del planeta en 125.000 años. Los glaciares del mundo se están derritiendo y retrocediendo a un ritmo “sin precedentes en al menos los últimos 2.000 años”. Los niveles atmosféricos de CO2 no han sido tan altos en al menos dos millones de años. 

El nivel de los océanos ha subido un promedio de 20 centímetros en el último siglo, y el ritmo de aumento se ha duplicado desde 2006. Las olas de calor se han vuelto significativamente más calientes desde 1950 y son más prolongadas en gran parte del mundo. La presencia de los incendios forestales ha empeorado en grandes franjas del planeta. Los estallidos de calor extremo en el océano - que pueden matar peces, aves marinas y arrecifes de coral - han duplicado su frecuencia desde la década de 1980. 

El Grupo Intergubernamental de Expertos sobre el Cambio Climático (Ipcc) fue creado en 1988 para que facilitara evaluaciones integrales del estado de los conocimientos científicos, técnicos y socioeconómicos sobre el cambio climático, sus causas, posibles repercusiones y estrategias de respuesta. 

En la 43ª reunión del IPCC, celebrada en abril de 2016, se acordó que el informe de síntesis del Sexto Informe de Evaluación se terminaría en 2022. Además de los científicos del IPCC, otros más se suman para afirmar y explicar que sí hay cambio climático, como se señalará a continuación. 

Calentamiento global: antropogénico 

El periódico The New York Times publicó en mayo 25 de 2021 y actualizado el 23 de agosto de 2022, un extenso informe de la periodista y doctora en geología Julia Rosen. Su investigación consistió en el estudio de núcleos de hielo de Groenlandia y la Antártida, para comprender los cambios climáticos del pasado, que tituló: “Respuestas definitivas a las grandes preguntas sobre el cambio climático”. Así inició: “La ciencia del cambio climático es más contundente y está más aceptada de lo que se piensa a menudo. Pero la magnitud del tema, así como la desinformación, dificultan distinguir los hechos de la ficción”. 

Según la experta “la ciencia del cambio climático es más sólida y hay más consenso en torno a ella de lo que podríamos pensar. Pero debido a la amplitud del tema, así como a la desinformación galopante, es posible que se dificulte distinguir la realidad de la ficción. Aquí hemos hecho nuestro mejor esfuerzo por presentar no solo la información científica más precisa, sino también la explicación de cómo la conocemos”. El informe es muy extenso y acá se darán unas pocas pinceladas. 

Rosen lanza varias preguntas con sus respuestas. Aquí está la primera ¿Cómo sabemos que el cambio climático en verdad está ocurriendo? Es frecuente que el cambio climático se presente como una predicción hecha por complicados modelos computacionales. Pero la base científica del fenómeno es mucho más amplia y los modelos son sólo una parte de ella (y, por si de algo sirviera, resultan asombrosamente precisos). 

Durante más de un siglo, los científicos han entendido la física básica que explica por qué los gases de efecto invernadero, como el dióxido de carbono, provocan el calentamiento. Estos gases conforman sólo una pequeña parte de la atmósfera, pero ejercen un control desmesurado sobre el clima de la Tierra, al retener una parte del calor del planeta antes de que se vaya hacia el espacio. Este efecto invernadero es muy importante: es la razón por la que un planeta tan alejado del Sol posee agua líquida y vida. 

No obstante, durante la Revolución Industrial, la gente comenzó a quemar carbón y otros combustibles fósiles para echar a andar las fábricas, las fundidoras y los motores de vapor, lo cual añadió más gases de efecto invernadero a la atmósfera. Desde entonces, las actividades de los seres humanos han estado contribuyendo al calentamiento del planeta. Sabemos que esto es así gracias a una enorme cantidad de pruebas que comienzan a mediados del siglo XIX con las mediciones de la temperatura tomadas en las estaciones meteorológicas y en los barcos. 

Posteriormente, los científicos comenzaron a monitorear las temperaturas de la superficie con satélites y a buscar pistas del cambio climático en los registros geológicos. Toda esta información reunida cuenta la misma historia: la Tierra se está calentando. Desde 1880, las temperaturas globales promedio se han incrementado 1,2 grados Celsius y los cambios más grandes se produjeron en el pasado siglo XX. Las superficies terrestres se han calentado más que la superficie de los océanos y el Ártico es lo que más se ha calentado: más de 2,2 grados Celsius tan solo desde la década de 1960. 

Es importante un acuerdo entre los científicos sobre este tema. Para 1991, dos terceras partes de los especializados en la Tierra y la atmósfera encuestados para realizar un estudio inicial de consenso dijeron que aceptaban la idea de un calentamiento global antropogénico, afirmó Julia Rosen. Para finales del XX, más del 90% de esos especialistas estaban de acuerdo; y como en todo, hay poca disidencia. 


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