Autor : Viviana Barrero Hernández
Investigadores quindianos estudian el efecto de frutos naturales y sintéticos en el cáncer de colon.
Algunas frutas y sintéticos resultan, a juicio de investigadores, una esperanza para prevenir y/o combatir el cáncer de colon. En particular, el jugo de maracuyá sin azúcar encarna una esperanza de vida por el efecto positivo que tiene en la prevención de esta enfermedad. Los avances científicos en esta línea potencian el interés y conocimiento para el tratamiento de enfermedades de alta prevalencia, verbigracia la enfermedad cardiovascular como primera causa de muerte en Colombia, y el cáncer, para ayudar a la población a prevenir; amén de aprovechar las frutas y vegetales que se cultivan en la región, para el caso del sur del Quindío y el Norte del Valle, el maracuyá.
El cáncer es una enfermedad desafiante que toca la vida de miles de personas a diario en todo el mundo. Constituye una visita inesperada que afecta la salud y el entorno emocional de quienes son diagnosticados, con frecuencia “enfermando” a quienes debieran ser ese sólido sistema de apoyo para luchar con resiliencia y amor para combatir cualquier célula maligna.
En cada diagnóstico hay historias, miedos y deseos de retarse para aferrarse a la vida, y en medio de cada batalla surge una valentía increíble y una determinación inquebrantable. Las investigaciones médicas y los avances en tratamientos ofrecen pues una luz de esperanza para los pacientes, entre ellos despunta una investigación de profesionales uniquindianos, dedicados a estudiar el efecto de frutos naturales y sintéticos para combatir el cáncer de colon.
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El maracuyá, la fruta de la prevención
Un grupo de investigadores de la Universidad del Quindío, liderados por la doctora Patricia Landázuri, docente e investigadora de la alma mater, viene evaluando los productos sintéticos como genisteína, polifenoles y productos naturales como el maracuyá, mortiño, entre otras frutas y plantas, además de la borra del café, por los efectos positivos que podrían tener para hacerle frente al cáncer de colon. El proyecto se enfoca en el maracuyá, principalmente en el jugo y el efecto de este sin azúcar para garantizar la concentración de la pulpa, sin embargo, a la fecha han evaluado las hojas y continuarán con las cáscaras para conocer sus componentes y beneficios. Dentro de los laboratorios de estudio se realiza el proceso para extraer el agua liofilizada.
Para este tipo de investigaciones se cumplen tres fases: in vitro, animal y humana. Actualmente, el estudio se despliega en la fase in vitro, y en ello el grupo de investigadores uniquindianos ha encontrado que el jugo de maracuyá es promisorio para la inhibición del crecimiento de las células cancerígenas.
Con el consumo de este jugo se previene la aparición del cáncer de colon; luego, si el cáncer está ubicado y desarrollado, puede contribuir a evitar que haga metástasis, y cuando está en esta última etapa se puede prevenir que el cáncer llegue a otras zonas del cuerpo. Para explicarlo mejor, uno de los estudiantes del proyecto evidenció en los últimos resultados que el jugo de maracuyá afecta las enzimas llamadas metaloproteinasas, que existen en todos los cuerpos humanos. Las células que pueden dividirse y crecer, las libera para el remodelamiento.
Ahora bien, Landázuri enfatizó en que las células cancerosas sobreexpresan algunas de estas metaloproteinasas que les ayuda a liberarse del tumor, meterse a través de los vasos sanguíneos y viajar a otros sitios donde empiezan a crecer, ahí es donde ocurre la metástasis y en este punto, en las células se inhiben las metaloproteinasas, logrando que no se extienda el cáncer a otras zonas del cuerpo.
Esta investigación cobra gran relevancia, teniendo en cuenta las cifras de cáncer de colon a nivel nacional. Según el Registro Institucional de Cáncer del 2022, realizado por el Grupo de Vigilancia del Cáncer del Instituto Nacional de Cancerología, en el país el cáncer de colon y recto registró 195 nuevos casos en hombres y 224 en mujeres, además se registraron 56 defunciones masculinas más por el mismo tipo de cáncer y 52 femeninas.
El azúcar alimenta las células tumorales
En la retroalimentación realizada por la líder del proyecto, se conoció que las células tumorales utilizan el azúcar como combustible, por ello hay que eliminarles el azúcar completamente y por costumbre debería no usarse azúcar añadida en alimentos para evitar alteraciones de glicemia y otras enfermedades.
La profesional y el equipo de trabajo está conformado por estudiantes y pasantes de doctorado, médicos graduados y docentes de los programas de Química, Biología, Medicina y Licenciatura en Educación Física, Recreación y Deportes de la Universidad del Quindío. Asimismo, se han apoyado en universidades como la de Antioquia y la del Tolima.
En el exterior, con países como Francia y Estados Unidos iniciaron con el estudio de frutas, y luego avanzaron en la investigación de las enfermedades metabólicas y cardiovasculares para tratar de encontrar mecanismos de inhibición de estas, por ello surgió el análisis de plantas medicinales, para encontrar que el maracuyá también actúa como antihipertensivo, y posiblemente, por su interesante efecto sedativo, reduce la presión sanguínea. Con estos primeros pasos, el grupo, poco a poco, fue explorando formas de aprovechamiento de frutas y vegetales que hay en el entorno para darles el valor agregado.
El cáncer nos recuerda la fragilidad de la vida, pero también despierta la fuerza del espíritu humano, por ello la prevención es el camino más efectivo para combatirlo, y las investigaciones son la herramienta que, con cada estudio, cada descubrimiento, brinda una mayor comprensión y oportunidades para reducir el riesgo de padecer tan atemorizante enfermedad.
