Autor : David Salazar
Debajo de la tierra quedaron muestras de lo que fue una vivienda en el sector.
100 de las 200 casas de la invasión están en alto riesgo de ser ‘tapadas’ por un alud de tierra, afectaría a 180 habitantes del sector.
“Cuando llueve es preferible salir de las casas a mojarse que escamparse debajo de un techo porque no sabemos si se van a derrumbar por los barrancos que rodean las viviendas”, así, categóricamente y con preocupación se expresa Sandra Viviana Rendón, líder del asentamiento Buenavista, de Quimbaya, donde viven cerca de 180 personas.
Este asentamiento, según el secretario de Gobierno y Movilidad de Quimbaya, Juan Pablo Amariles Londoño, es la zona más crítica y de mayor riesgo de avalanchas de tierra —generadas por el invierno— de la localidad.
Hay 200 viviendas subnormales donde residen cerca de 300 personas, un callejón rodeado de paredes naturales de tierra, pasto y árboles, el cual tiene una extensión de 30 metros.
Sus calles son ‘destapadas’ como se conoce comúnmente y en algunos puntos hay una tímida presencia de placa huella que conduce a una central de sacrificio de aves.
La líder no solo manifestó el riesgo que afrontan cuando llueve, sino el silencio administrativo municipal, según ella, cómplice de lo que podría ser la crónica de una tragedia anunciada.
“Hay damnificados de derrumbes anteriores, el primero al inicio de la invasión y el segundo al final de las casas, donde una mujer fue sepultada por un alud y su esposo la rescató”, dijo Rendón.
Y añadió: “Cuando llueve buscamos salirnos de las casas con los niños a la carretera y con lo poquito que tengamos puesto encima porque el temor es morir aplastados por metros y metros de tierra, tenemos una carretera intransitable cuando llueve la cual se está hundiendo. En zonas del asentamiento hay daños del alcantarillado que emanan fuertes olores y hay árboles que están a punto de caerse sobre los techos de las casas o el cableado eléctrico de las mismas y esto nos preocupa porque puede ocasionar un incendio”.
Los padres y madres deben cargar en sus brazos a sus niños para que no ensucien sus uniformes y caminar por diferentes trayectos de la invasión para poder salir a los colegios.
“Acá no viene un taxi para sacar una persona enferma y la alcaldía y la gobernación no nos ayudan y la única respuesta es que no lo pueden hacer porque somos un asentamiento, pero, entonces, para dónde nos vamos si no tenemos dónde vivir”, manifestó Rendón.
Y añadió: “Las autoridades lo que nos dicen es que el riesgo de vivir acá es de nosotros y que nosotros mismos debemos buscar soluciones, es por esto que decidimos hacer una tutela en contra de la alcaldía y la gobernación para que nos ayuden a tener una vivienda digna”.
Se salvó de milagro
Por otra parte, María del Carmen Rivillas considera estar viviendo una segunda vida, una madrugada de este año un alud de tierra cayó sobre su vivienda y tapó gran parte de su cuerpo, si no es por la rápida reacción de su esposo muy seguramente hubiera muerto.“Yo quedé enterrada parte del cuerpo para arriba, mi esposo tuvo que jalarme de los pies”, relató la dama.
Esa madrugada, una enfermedad que padecía su hija, paradójicamente, fue la salvación porque la mantuvo despierta durante esas primeras horas del día, atendiendo a su ser querido y estando atenta al barranco que rodeaba su casa y que finalmente cedió.
“Perdimos la mayoría de nuestros enseres, pero, por lo menos, yo estoy bien junto a mi familia y tuvimos que construir de nuevo acá en Buenavista porque no tenemos para dónde más irnos”, finalizó.
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Lo perdió casi todo
Víctor Manuel Medina Rendón es otro damnificado de un alud de tierra que cayó sobre su casa y sobrevivió al lado de su esposa.
“Un día antes se había caído un pedazo del barranco y esto fue motivo de alerta para mí y por eso le dije a mi esposa que estuviera pendiente, que no estuviera tanto tiempo en la casa y cuando regresé de mi trabajo encontré a mi señora por fuera de la vivienda destruida por el derrumbe que nos hizo perder los artículos de la cocina, baño, sala, comedor, camas, en fin, pero estamos vivos”, expresó el hombre.
Quimbaya da albergue temporal
Juan Pablo Amariles Londoño, secretario de Gobierno y Movilidad de Quimbaya, se refirió al panorama expuesto por los residentes del asentamiento Buenavista.
“Todo este tema en el municipio es muy complejo, en Quimbaya hemos tenido mucha problemática con eso, hemos dado especialmente albergue temporal que en su gran mayoría se les da en subsidios de arrendamiento a las personas que han resultado afectadas”, expresó el funcionario.
Y agregó: “En Buenavista es el mayor lugar de riesgo de aludes de tierra, de resto tenemos distribuidos y detectadas zonas de riesgo en los barrios Grisales, en el barrio El Espacio, pero son más pequeños, no es tan significativo como sí lo es en la invasión”.
Amariles Londoño dio a conocer algunas de las estrategias que están implementando.
“Estamos pendientes de un proceso con Invías para la caracterización de los habitantes de Buenavista, que son los que hacen falta, porque tenemos alrededor de 400 familias pendientes de reubicación desde el año 2007, es por esto que se han entregado algunas ayudas para los subsidios de arrendamiento y también en este momento estamos en el proceso de construcción de 16 viviendas que esperamos se entreguen el próximo mes para las personas que están en el censo de reubicación desde hace muchos años porque en su gran mayoría tienen acciones de tutela”, finalizó el servidor público.
