Autor : Felicitas Eleicegui Estudiante de intercambio de Comunicación Social y Periodismo en la Universidad La Gran Colombia de Armenia
Barbieland nos permite observar sin tapujos cómo funciona la desigualdad social en nuestro día a día.
Fui a ver la película, como tantas otras chicas, el día de su estreno, el 18 de julio de 2023, me encontraba en la ciudad de Mar del Plata (Argentina) y decidí ir sola. A mi alrededor, el público era el que imaginé: niñas con sus mamás, adolescentes y jóvenes adultas que, como yo, fueron criadas bajo el fenómeno de Barbie: películas, colecciones de muñecas y hasta juegos para ser la Barbie que más te guste: veterinaria, astronauta, escritora u otra profesión.
La directora de Barbie (2023) Greta Gerwig es una joven directora de cine, reconocida por dirigir películas como Lady Bird y Little Women. Sus películas se caracterizan por tener como protagonistas a mujeres que deben enfrentarse a una situación que pone en juego el rol que la sociedad espera para ellas. La película, coproducida con Mattel, despertó diferentes puntos de vista, convocó a millones de personas al cine y, lo más importante, dio cuenta de que una vez más, la lucha de la mujer por sus derechos, no pasa desapercibida.
El film cuenta con la actuación espectacular de Margot Robbie como Barbie y de Ryan Gosling como Ken. De la misma manera, la banda sonora cuenta con la contribución musical de Billie Eilish, Dua Lipa y Karol G, lo que duplica la apuesta en cuanto a la calidad.
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A continuación, me interesa señalar diferentes momentos de la película donde la desigualdad de género entre Barbie y Ken (y sus réplicas) es evidente. El mundo de Barbieland nos permite observar sin tapujos cómo funciona la desigualdad social en nuestro día a día, invirtiendo la situación: los hombres son los oprimidos. Este mundo funciona al revés que el real porque son ellas quienes ocupan cargos importantes, tienen sus propias casas y sus propios autos. Podríamos decir que estamos frente a un “matriarcado”. Por el contrario, las figuras masculinas, en este caso, Ken y Alan, no tienen un rol específico, más que ser un elemento de decoración o acompañamiento para la muñeca.
Recordemos que el orden natural del mundo empieza a mostrarse turbulento cuando Barbie se pregunta, en medio de una fiesta, sobre la muerte. A partir de aquí, todo empeora y la única forma de reparar el daño será visitar el planeta tierra. Además, cuando Barbie y Ken visitan el mundo real podemos ver el descontento de la muñeca de plástico, la incomodidad de ser una mujer y el acoso sexual disfrazado de piropo. En palabras del propio Ken “es como si todo estuviera al revés”.
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Mientras el muñeco rubio camina por la ciudad observa de qué manera los hombres tienen el poder: dirigen empresas, son presidentes, rostros de billetes u oficiales de policía que montan a caballo. Esta escena es un fuerte contraste con el mundo que conoce y esto se ilustra en la paleta de colores que seleccionaron para presentarlo (colores opacos y grises). Mientras Barbie conecta con las emociones de la niña a la que pertenecía y empieza a entender cómo funciona la vida humana, Ken entiende que los hombres dominan la tierra y decide llevar el patriarcado a su mundo, hasta que la situación lo excede y las Barbies toman acción para recuperar el orden.
Al final de la película todo se restaura, Ken y Barbie se reconcilian y Barbieland se vuelve un lugar más equitativo, tanto para ellos como para ellas. Es importante invitar a nuestros jóvenes a ver este largometraje por varias razones: propone un mundo que supere la dicotomía de género por un lugar en el que todos seamos iguales. Además, invita a las niñas a sentirse capaces de elegir la profesión que deseen y a luchar por sus sueños. Como dice la narradora de la película: “Barbie es médica, abogada y mucho más que eso”. Y vos, ¿qué Barbie deseas ser?
