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Cultura / FEBRERO 26 DE 2022 / 2 años antes

“Celebro todo libro físico que se edite”

Autor : Juan Felipe Gómez Cortés

“Celebro todo libro físico que se edite”

Foto : Olga Lucía Jordán

Durante varios años me topé con Desventurados los mansos. La primera edición del volumen de cuentos de Umberto Senegal publicada en 1976 reposaba en los anaqueles de la colección local de algunas de las bibliotecas públicas que visitaba realizando labores de promoción de lectura. Atraído por la ilustración de portada, recuerdo empezar a ojearlo y detenerme en dos títulos: Flores con cara de sapo triste y Eulogio tiene manos de jardinero. Debo admitir que entonces tropecé con la estructura y el lenguaje, pero hubo imágenes que me quedaron dando vueltas en la cabeza. 

En 2019 el libro fue reeditado dentro de la colección de la Biblioteca de Autores Quindianos, BAQ. Volví entonces a sus páginas con un poco más de bagaje lector y pude apreciar mejor los valores estéticos y narrativos de la colección, identificando influencias y resonancias con otras obras cuentísticas, y encontrando valiosas miradas a la obra en los textos incluidos a manera de prólogo y epílogo: El pueblo llamado Bumba, del novelista Daniel Ferreira; y la entrevista Senegal se encuentra con Senegal, realizada por el periodista Ángel Castaño, respectivamente. 

 

Sobre Desventurados los mansos  

-Ha manifestado usted, y es evidente al leer Desventurados los mansos, la influencia que tuvo en su forma de narrar la lectura de El llano en llamas. ¿Qué hace que la colección de cuentos de Rulfo haya tenido y siga teniendo tanta trascendencia en la narrativa del continente? 

Su lenguaje popular, que no se queda en lo costumbrista, sino que mezcla en alto grado lo poético con elementos cotidianos de la gente humilde, del campesino, de los ámbitos rurales descritos con una prosa musical. Humanismo, localismo de alto contenido costumbrista, donde los dramas individuales del mejicano corriente son también los del hombre de cualquier otro país latinoamericano, con sus miedos y deseos. La de Rulfo en El llano en llamas fue una revelación, una clara directriz de cómo escribir un cuento y qué decir, no sólo yo como autor, sino los personajes. Me mostró el tono verbal, la fuerza de los diálogos, la humanidad de los personajes y la presencia física de los espacios y lugares como elementos reales del cuento

-Eulogio tiene manos de jardinero es unos de los cuentos paradigmáticos del libro por cuanto condensa la fuerza y singularidad del lenguaje, ¿Cómo fue la confección? 

Este personaje desamparado de mi libro todavía me conmueve. Es uno de los cuentos que escribí con más pasión, como si hubiese conocido al protagonista. Sintiéndolo hablar, gesticular, caminar junto a mí, vivo y hablando a través de las palabras y escenas que con los personajes de Rulfo me llegaban desde El llano en llamas. Este cuento contiene elementos reales de los que tuve conocimiento en el barrio Ortega, de Calarcá, donde fue escrito todo el libro, junto con otros cuentos más que no se incluyeron. Tal personaje recoge características de varias personas que me impresionaron por sus situaciones sociales y existenciales dramáticas. Hay realidad y ficción mezcladas. En mi barrio había una anciana que practicaba abortos, y de ella hay un poco en este cuento. Intenté reflejar el mundo íntimo de un adulto con retardo mental, quien asesina a su abuela. Nada le cambiaría a este cuento. En este momento de mi vida, lo reescribiría igual, sin variar una coma. Estoy seguro que volvería a sentir el mismo olor a tierra fresca, a flores y a sangre que se aspira a lo largo del relato donde las metáforas me ayudaron mucho a mostrar el mundo mental del protagonista. 

-¿Cuáles son los retos en la construcción de voces narrativas de personajes con trastornos o taras mentales?   

No quedarse en descripciones psicológicas clínicas o médicas, como si elaborara un diagnóstico o redactará un informe de tipo científico. Hay que agregar lenguaje de ficción, escenas y escenarios, descripciones particulares propias del estilo y los tonos narrativos que caractericen al escritor. Debe surgir lo maravilloso y ficcional, lo inesperado, con toda su fuerza narrativa y poética juntas. El narrador debe mezclar, aunque escriba páginas realistas, sus mundos y dimensiones creativas, sus vivencias y memorias, con aquellas de los mundos que observa y le sirven de estímulo o de fundamento para expresar el movimiento interior de sus personajes. En mi caso, desde cuando comencé a escribir, realidad y ficción, lo concreto y lo fantástico, lo racional y lo absurdo, lo cotidiano y lo mágico, lo milagroso y lo simple, se entrelazan y complementan para conformar en mi prosa y en mis temas otras dimensiones del ser y del conocimiento.

-Tiempo después de Desventurados los mansos su interés se concentró en la narrativa hiperbreve ¿Cómo sabe si un insumo es propicio para un minicuento o para un relato de más largo aliento? 

Antes de publicarse Desventurados los mansos, yo ya escribía microrrelatos a los que designaba con el nombre de Parábolas, en la línea de lo que hizo Khalil Gibran en su libro El profeta. Era uno de mis autores preferidos y sigue siéndolo dentro de su modalidad mística. He seguido escribiendo cuentos extensos, aunque no tan largos como los de Desventurados. Tengo un libro inédito con cerca de 100 titulado Mientras Borges duerme. No tengo reglas ni métodos para escribir un cuento atómico o un microrrelato. Todo fluye. No me fijo cuales van a ser cuantitativamente las extensiones. Cada texto parece demarcar su espacio y sus límites cuando lo escribo. También dependen de las emociones y sentimientos, de los estados de ánimo y la música que escuche. La categoría e intensidad de tales estados interiores les dan a mis textos su estructura, su puntuación, su lenguaje. No tengo ningún método académico, ningún secreto de escritura, además de corregir al máximo. Llegan las ideas o llegan imágenes, las percibo y las escribo cuanto antes. Y al final, corregir, pulir, cambiar, darles otras disposiciones sintácticas a una frase o un párrafo. Creo que esto es lo mejor de mi actividad y mi oficio como escritor: corregir. Buscar el tono musical de lo que escribo. 

-Hay escenas e imágenes muy poderosas en los cuentos, ¿qué tan importante es lo visual en su trabajo narrativo y en su consumo cultural?  

Ciento por ciento esencial. Muchos de mis microrrelatos y fragmentos de textos extensos creo que podrían transformarse en sugestivos cortometrajes. O en imágenes surrealistas con claros componentes ilustrativos. Uno de mis métodos de escritura es, precisamente, escuchar determinada música y tan pronto surgen imágenes precisas anotar las impresiones que se transforman en personas o paisajes, en eventos que convierto en palabras. De igual manera si observo cine. Decenas de mis textos en prosa y verso brotan, florecen, eclosionan de imágenes que me impactan. Todo el cine de Tarkowski ha sido fuente de escritura para mí. Hace poco escribí un poema donde, luego de ver muchas veces determinadas escenas de uno de sus filmes, me llegaron a la mente las imágenes físicas de él y su padre, el poeta, bajo la lluvia, en el patio de mi casa.

-Con la reedición de Desventurados los mansos en la BAQ, ¿qué percepción tiene de lo que ha ocurrido con el libro en cuanto a su circulación y lectura? 

No creo que nadie haya leído esta nueva edición de mi libro. Algún cuento, tal vez algún párrafo, sin demeritar el utópico esfuerzo que hacen quienes los editan.

 

*Contenido realizado como parte del proyecto “Lecturas y miradas a la Biblioteca de Autores Quindianos, una década de historias y voces recuperadas”, ganador de la Beca para el Fortalecimiento a la Creación y Circulación de Contenidos de Crítica Cultural y Creativa del Programa de Estímulos del Ministerio de Cultura 2021.   

El mayor desplazamiento del siglo XX y XXI no es tanto de los pueblos o determinadas etnias, sino de los libros. ¿Quién pasa siquiera una hora con un libro de Proust o de Dostoievski en sus manos, leyéndolo, pensando en lo que lee, subrayándolo o releyendo fragmentos? ¿A quiénes ha visto usted en la universidad leyendo El cuarteto de Alejandría? Pero puede verificar cómo las personas transcurren la mayor parte del día con los celulares en sus manos. Celebro todo libro físico que se edite, cualquiera que sea su calidad formal o literaria. Lo celebro con mi alma y mis sentidos, con mi tiempo de lector, con el amor que les tengo, y seguiré editando los míos y los ajenos, pero con la certeza de que los espacios que ocupaban en los intereses de la gente siglos, décadas atrás, ya no volverán a ser los mismos. 

Ver también: La democracia rusa envenenada


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