Autor : Lorena Zapata López
En el siniestro también perdieron la vida el ministro de Asuntos Exteriores, Hossein Amir-Abdollahian, y otros altos funcionarios.
Este domingo 19 de mayo se reportó el fallecimiento del presidente ultraconservador de Irán, Ebrahim Raisi, tras un accidente del helicóptero en el que se desplazaba hacia la ciudad de Tabriz, al noroeste del país, según comunicaron medios estatales iraníes.
Sobre el mandatario
Con 63 años de edad, Sayyid Ebrahim Raisol-Sadati era un clérigo reconocido por sus firmes posturas políticas ultraconservadoras y su estrecha relación con el líder supremo, el ayatolá Alí Jamenei.
En el año 2021, Raisi ascendió a la presidencia de Irán en elecciones que generaron controversia, en un período caracterizado por desafíos significativos. La nación se enfrentaba a problemas económicos graves, tensiones regionales en aumento y estancamiento en las negociaciones sobre la reactivación del acuerdo nuclear con potencias mundiales.
A lo largo de su mandato, Raisi se vio eclipsado por las protestas antigubernamentales que se propagaron por todo Irán en 2022. Además, el conflicto en curso en Gaza entre Israel y el grupo palestino Hamás, apoyado por Irán, reavivó las hostilidades entre Irán e Israel, desencadenando una guerra en la sombra.
Raisi, el segundo funcionario más importante del país después de Jamenei, estaba bajo el escrutinio de las sanciones estadounidenses y había sido relacionado previamente con ejecuciones de presos políticos.
Durante sus años de estudiante, Ebrahim Raisi se involucró en protestas contra el Sha, respaldado por Occidente, que culminaron en la revolución islámica de 1979 liderada por el ayatolá Ruhollah Jomeini. Tras el cambio de régimen, se unió al sistema judicial y desempeñó roles como fiscal en diversas ciudades, al mismo tiempo que recibía enseñanzas y formación del ayatolá Jamenei, quien ascendió a la presidencia de Irán en 1981.
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Ebrahim Raisi, con tan solo 25 años, inició su carrera como fiscal adjunto en Teherán y avanzó rápidamente a puestos más altos, incluyendo fiscal general de Irán en 2014. En 2017, sorprendió al presentarse como candidato presidencial, aunque perdió ante Hasán Rouhani. En 2019, fue designado por el ayatolá Jamenei como jefe del poder judicial, cargo que ocupó hasta su victoria en las elecciones presidenciales de junio de 2021, en su segundo intento por la presidencia.
Ha sido acusado de ejecuciones a gran escala
En la campaña de 2021, Ebrahim Raisi se presentó como el candidato ideal para combatir la corrupción y abordar los desafíos económicos de Irán durante el mandato de Hasán Rouhaní. A pesar de esto, su historial suscitó inquietudes entre los iraníes y los defensores de los derechos humanos, quienes cuestionaron su participación en ejecuciones masivas de presos políticos en la década de 1980.
Raisi fue vinculado al "Comité de la Muerte", un grupo de cuatro jueces que, según Amnistía Internacional, en 1988 dictaron sentencias de muerte en secreto contra unos 5.000 prisioneros cuya identidad sigue sin esclarecerse. Estas personas fueron ejecutadas y sepultadas en fosas comunes como resultado de los juicios llevados a cabo por estos tribunales, una práctica considerada un crimen contra la humanidad por organismos internacionales. A pesar de estas acusaciones, Irán nunca ha admitido la realización de estas ejecuciones masivas.
Raisi siempre evitó abordar directamente las acusaciones relacionadas con su presunta participación en dichas ejecuciones, negando repetidamente cualquier implicación en las condenas a muerte. Sin embargo, en ocasiones llegó a sugerir que dichas ejecuciones estaban respaldadas por una fatua, una sentencia religiosa, emitida por el antiguo líder supremo, el ayatolá Jomeini.
El panorama que se vislumbra
El fallecimiento de figuras tan influyentes en el régimen iraní sumerge al país en un momento de inestabilidad y genera incertidumbre sobre su trayectoria futura en los próximos años.
Por ahora, el vicepresidente Mohammad Mojber asume como presidente interino, mientras se espera la celebración de elecciones en un plazo máximo de 50 días para determinar el sucesor de Raisi. La incertidumbre rodea estos meses venideros, que podrían tener un impacto significativo en el futuro de la región. El desarrollo de esta transición forzada en el régimen iraní será de suma importancia en los acontecimientos por venir.
