Autor : Daniel Alejandro Restrepo Tabares
Es muy común que una empleada doméstica trabajé en una casa 2 o 3 días y los demás en otra casa para así completar los 6 días de la semana.
El proyecto de ley del Gobierno nacional incluyó el convenio 189 de la OIT que otorga plenos derechos laborales a quienes ejercen estos oficios.
Desde hace varios años Elizabeth Mejía Arias ha trabajado en casas de familia realizando labores domésticas con las cuales le alcanza para sostener a sus 2 hijos menores de edad, que dependen económicamente de ella al ser madre soltera.
Un día de trabajo en una de las casas en las que desempeña oficios varios le representa un ingreso de $50.000 a los que puede sumar $10.000 o $20.000 si entre las tareas se encarga de cocinar. Sin embargo, en los años que lleva trabajando nunca ha firmado un contrato, ya que las labores que le encomiendan las asumen por directriz verbal, aunque cumple un horario que en la mayoría de los casos inicia a las 8 a. m.
“Anteriormente trabajaba toda la semana en la misma casa, pero de un tiempo para acá, cuando empezaron a poner tantos requisitos para los empleadores, solo me llaman 2 o 3 días a la semana por lo que el resto de los días para completar mis ingresos me dedico a otras labores”, dijo la mujer a NUEVA CRÓNICA QUINDÍO.
En iguales condiciones está Gloria Amparo Marín González, quien labora en casas vecinas realizando tareas como lavar y planchar ropa, además de limpiar al menos una vez por semana una vivienda. “Con esto me da apenas para los gastos diarios de la casa, no tengo contrato laboral simplemente las personas que me necesitan me llaman y acordamos un precio y hago la labor”, manifestó la mujer.
Así como estas 2 mujeres, hay muchas en Armenia ejerciendo la labor de empleada doméstica en medio de la informalidad, a pesar de que existan herramientas como el convenio 189 de la Organización Internacional del Trabajo que otorga plenos derechos laborales a las personas que desempeñan estos oficios como un contrato laboral con todas las prestaciones que sean necesarias.
Hugo León Echeverry García, presidente de la Confederación General del Trabajo, CGT, en el Quindío señaló que, a pesar de que las organizaciones sindicales lograron -hace cerca de 10 años- que se les otorgara el estatus y el reconocimiento que merecen por tan dura labor, hoy en día eso no es una realidad en Colombia.
“Nosotros pensamos que ese convenio de la OIT iba a ser de benéfico para la formalización de este sector, pero desafortunadamente hemos visto que ha sido más regresivo que progresivo por los costos que esto implica, pues ampara que todas estas empleadas que trabajan tan duro deben tener toda seguridad social, riesgos profesionales, estar afiliadas caja de compensación, cesantías, por lo que en Armenia se ha incrementado la informalidad”, señaló el líder sindical.
Aseguró que muchos patronos prefieren contratarlas por días o por horas. “Es muy común que una empleada doméstica en una casa trabajé 2 o 3 días a la semana y los demás en otra casa y así completan los 6 días de lunes a sábado para poder mantener sus ingresos. Esto nos tiene muy preocupados porque la situación económica en muchos hogares no da para contratar con todas las de ley a una empleada doméstica, por lo que uno procura que al menos estén afiliadas al Sisbén”, dijo Echeverry García.
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Empleadas y reforma
Recientemente, la ministra del Trabajo, Gloria Inés Ramírez Ríos, dijo que el proyecto de ley de la reforma laboral ha incluido el convenio 189, es decir, que da toda la dimensión de plenos derechos a las trabajadoras y trabajadores del servicio doméstico. “La reforma lo hace realidad y esperemos que efectivamente así sea aprobada en el Congreso de la República, porque a través de ella vamos a lograr el proceso de formalización de más de 600.000 trabajadoras que están en este país”.
En tal sentido, la presidenta de la Unión de Trabajadoras Afrocolombianas del Servicio Doméstico, Utrasd, Claribel Palacios, dijo que una vez sea aprobada se dará la formalización a través del contrato escrito depositado en el ministerio del Trabajo como garante.
“Sabemos que con ese contrato las trabajadoras domésticas pueden empezar a soñar con tener las garantías de sus incapacidades, de sus permisos laborales, tener su seguridad social, sus prestaciones de ley y trato digno y decente, que es una de las situaciones más críticas en el sector”, agregó.
“No hay trabajo digno y decente, porque no están equiparadas las prestaciones, la seguridad social y el trato a la trabajadora doméstica, pero, además, hay una gravedad, y es que no se reconoce el trabajo doméstico como trabajo. Realmente el convenio 189 lo tiene incorporado, pues no somos ayuda, ni somos favor, somos trabajo doméstico”, concluyó Palacios García.
Según la Gran Encuesta Integrada de Hogares – GEIH, del Dane, durante el año 2022 se ocuparon 649.000 personas en la posición de empleados de servicio doméstico, con un aumento de 165.000 personas frente a 2021. Es la posición ocupacional con el crecimiento porcentual más alto, con un aumento de 34,1 % y una contribución a la variación de los ocupados de 0,8 puntos porcentuales, lo que permite observar una recuperación del empleo.
Durante el mismo año, la mayor parte de los ocupados empleados domésticos eran mujeres con un 93,1 %, es decir, 604.000 mujeres ocupadas. Se recuperaron 146.000 empleos de mujeres en esta posición ocupacional respecto a 2021 y en hombres 20.000 ocupados más. Las mujeres ocupadas en esta posición solo representan un 6,9 % del total de mujeres ocupadas en el país (604.000 respecto a las 8 millones 992.000 mujeres ocupadas).
