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Historia / OCTUBRE 01 DE 2023 / 4 meses antes

Pijao, el pueblo del tiempo detenido

Autor : Roberto Restrepo Ramírez

Pijao, el pueblo del tiempo detenido

Pijao de 1.955.

Pijao, el “pueblo del tiempo detenido” en el que el presente y el futuro entrelazan su desarrollo.

“Pijao...Posee el título de Ciudad sin Prisa, el primero para una localidad de América Latina. Cuenta con un patrimonio natural de muchos atributos, pues en su territorio nacen varias fuentes hídricas, dos de ellas pasan por su casco urbano y existe un amplio valle paramuno, el Chilí. En los atardeceres, cientos de garzas llegan a guarecerse en algunos árboles del sector urbano, razón por la que se ha llamado a Pijao con un apelativo alusivo a estas aves (“Donde llegan las garzas”). 

Su nombre nos recuerda al pueblo indígena que recorrió sus montañas en la época prehispánica, los pijao, y cuyos descendientes hoy todavía viven en la región del Valle del Magdalena. Aunque inicialmente, cuando fue fundado por colonos oriundos de diferentes regiones(1902),se le puso el nombre de San José de Colón. 

Conserva esplendorosamente su arquitectura tradicional, la misma del Eje Cafetero que ganó un sitial en la consideración de la Unesco para incluir el Paisaje Cultural Cafetero de Colombia (PCCC) en la Lista de Patrimonio Mundial en 2011. Las casas de bahareque de Pijao, aunque sufrieron bastante en el sismo de 1999, se reconocen en esos detalles de ornamentación que le dan marca propia. Muchas tienen todavía un arco en la parte superior de sus portones, detalle singular que le aporta visualización especial, vinculada igualmente a la decoración con macetas de flores en sus ventanas.

Naturaleza, arquitectura y tranquilidad son tres factores fundamentales que sirvieron de soporte para el trabajo que representó el proceso de Ciudad sin Prisa(Cittaslow, en su denominación genérica)

Dentro de su patrimonio cultural inmaterial se encuentran sus bares y cafés tradicionales - como el Bar Social - y sus monumentos, como el arco de entrada y el que hace homenaje a las garzas”.

Los párrafos de la anterior mención son de  mi autoría y fueron publicados en una revista cultural y turística del año 2016, con motivo del Cincuentenario del Quindío. Hizo parte esa mención - junto con otras once y correspondientes al resto de municipios -  de una sección que llevó un título interesante, “Doce razones para la felicidad”. No obstante, y aunque la comparación es odiosa, las reseñas de otras poblaciones del departamento, también escritas por mí ,hoy ya faltan a la autenticidad de lo allí consignado… No fue imprecisión en el ejercicio de escritura de aquel año. Es el cambio profundo - derivado de un sentido turístico mal direccionado - que ya se percibe en el modo de vida de los municipios.

 Me refiero a dos, Montenegro y Filandia. El primero - por estar su casco urbano en el área principal del PCCC - ya muestra una disminución en la existencia física de sus casas de bahareque. Sencillamente las demolieron. El segundo, Filandia, es mi tierra natal. Y es por ello que debo reconocer - con mucho dolor - que el turismo depredador y los desaciertos en el trazado de su lineamiento han afectado notablemente los factores del turismo sostenible. Se traduce ello en una naturaleza alterada y suprimida en sus espacios verdes. Una arquitectura vernácula indebidamente refaccionada, o desaparecida, para reemplazar sus casas por remedos de una tipología colonial. Y la tranquilidad, que se esfumó de su vida cotidiana. Al punto de evidenciar que su “Calle del Tiempo Detenido”, el eje de tránsito de visitantes y turistas, ya no cuenta con las casas antiguas conservadas, las mismas que justificaran su nombre desde el año 1987, cuando por allí se rodó la famosa película “Milagro en Roma”. 

Por lo anterior, se ha propuesto un recorrido patrimonial para el municipio de Pijao, como “el pueblo del tiempo detenido”. El título que otrora ostentara la calle congestionada de Filandia ya es merecido para el municipio ecológico, tranquilo, acogedor y emblemático de una arquitectura del bahareque. Pijao, sin duda alguna, es el nuevo portador de la perífrasis arrebatada a la añorada calle de Filandia.

No fructificó ese proceso de manera repentina. Es el logro de una gran mujer, exconcejala y querendona de su pueblo natal, Mónica Flórez Arcila. Ella y sus hermanos, Juan Carlos y Rubén Darío, cada uno desde sus diferentes ámbitos de acción, han logrado darle visibilidad al municipio cordillerano a nivel nacional e internacional. Y, especialmente Mónica, ha provocado en los moradores de Pijao la apropiación y conservación de aquellos valores que dirigen al poblado al buen rumbo del turismo responsable. 

El “pueblo del tiempo detenido”, Pijao, apenas empieza a potenciar sus atributos y a destacar los valores terrígenos para conservar ese honroso título de Ciudad sin Prisa.

 Muchas de sus facetas tienen el tinte histórico y ellas son clave para entender el talante de sus habitantes, su capacidad de resiliencia y su espíritu combativo. Vale la pena recordarlas. La primera, la más mencionada por la historiografía, se da desde años antes de su fundación. Representa el accionar de colonos procedentes de varias latitudes. Así lo recordaron los asistentes al Segundo Encuentro de Hijos Ausentes de Pijao:

 “...Es menester rendir testimonio de admiración y gratitud a quienes fueron los artífices de  la fundación de  lo que hoy denominaron San José de Colón, el día 15 de mayo de 1902. No sin antes haber cumplido tareas dispendiosas, ásperas y duras, Tomás Monar, Crisanto y Heliodoro Vallejo, de quienes se dice, éstos dos últimos llegaron procedentes de Antioquia, y el primero del Tolima, se dedicaron a la plantación de mejoras por el año de 1891, conforme a la descripción que hace el periodista Alfonso Valencia Zapata en la obra “QUINDÍO HISTÓRICO “,cuarta edición (“Breve síntesis de Pijao”, en: “PIJAO 83, SEGUNDO ENCUENTRO DE HIJOS AUSENTES”, boletín de 38 páginas, junio de 1983.).

Sin dejar de mencionar el accionar de otros colonos en 1894 y años posteriores -  hechos que también reseña Valencia Zapata y otros autores de monografías - una faceta desconocida de esta población fue mencionada por el sociólogo quindiano Álvaro Pareja Castro, en la revista cultural Pijao Hoy, de abril de 1993, y bajo el curioso título de “Una historia descubierta”: 

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“...En el caso particular de los corregimientos de Colón (hoy Pijao) y Génova, fundados en 1902 y 1906 respectivamente, y donde comenzaban procesos de apertura agrícola y repoblamiento, ya por los años de 1911 y 1914, sus vecinos iniciaron lo que bien podría llamarse el primer movimiento de autonomía político - administrativo ,el cual tomó la forma jurídica de una Petición de separación del municipio de Calarcá y de anexión al municipio de Armenia”.

 Hay que precisar que, obviamente, tales pretensiones fueron negadas por Calarcá, para mencionar enseguida otros hechos históricos sobresalientes de Pijao: 

 -La violencia política de las década del siglo XX y que reportó 25  incursiones de bandolerismo en la zona rural, entre noviembre de 1958 y febrero de 1963, tal cual se registra en el libro “La violencia en Colombia”, de Germán Guzmán Campos, Orlando Fals Borda y Eduardo Umaña Luna.

 - El ataque guerrillero del 25 de octubre de 2001.

 Y otras dos noticias, más gratas y significativas:

- El ingreso del municipio a la Red de municipios Cittaslow, hecho que se registró el 17 de octubre de 2014.

- El derecho al voto en la consulta popular del 9 de julio de 2017, en la cual el 97 por ciento de sus habitantes le dijeron no a la explotación minera a gran escala en el territorio.

 Después de estos sorbos históricos, hay que mencionar otros aspectos de carácter patrimonial, justificantes al porqué es Pijao el municipio más promisorio en el manejo adecuado del turismo histórico y cultural: 

 - Se respira todavía el ambiente apacible de la vida cotidiana.

 - Contexto geográfico variado, debido a la diversidad de pisos térmicos, desde el páramo hasta el terreno apto para el cultivo de café.

- Postigos de madera, en sus ventanas, trabajados con esbeltez.

- Los caserones del marco de la plaza principal, entre los cuales  se destaca el que tiene en  su planta baja al Bar Social. El sitio de encuentro que encarna mayor historia, en razón de su disposición arquitectónica y la greca centenaria.

- Cielorrasos bellos.

- Una muestra arqueológica, la más numerosa de los municipios cordilleranos, en el primer piso de la Alcaldía.

 -El testimonio gráfico del pintor Henry Villada, titulado “Las Herencias de los Quimbayas”.

- Las calles rebautizadas para el desarrollo turístico, en las cuales ya se contrastan los sentidos arquitectónicos de sus casas con murales pictóricos, inspirados en temáticas identitarias.

- El monumento a la reconstrucción del maestro John Jairo Loaiza.

-El monumento a las garzas de la artista Vilma Alzate.

-Las vistas esplendorosas de los cafetales y sus casas de finca.

-Montaña arriba, las eternas e imponentes palmas de cera, un paisaje frágil que, desde el manejo responsable, deben ser respetadas y conservadas.

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- Los valles de frailejones. Sin duda, los santuarios de los páramos, donde hace más de 30 años se reportaron, también, la existencia de algunas “tumbas de cancel”, yacimientos arqueológicos de gran vulnerabilidad.

- Otros bares y cafés, con ambiente familiar y de audición musical del recuerdo.

- La recordada “avenida de las Casuarinas”, la calle de entrada principal, donde los registros fotográficos de las casas de una sola planta hacían de este corredor arquitectónico una bella evocación.

- El Arco de la Paz, construido en el comienzo de la avenida de Las Casuarinas, como una representación del Arco del Triunfo de París.

- Las placas de guadua y madera de las calles y fachadas, un conjunto de armonía e información turística.

- Las supervivencias arquitectónicas de casas emblemáticas, con grandes puertas, que evocan también las fotos antiguas de la disposición urbana.

- El parque principal, su fondo cordillerano, sus monumentos, en especial el busto de Bolívar.

- La picaresca del bar de Los Recuerdos.

- La casa museo de los Recuerdos.

 El Patrimonio Humano representado en sus pobladores, en sus adultos mayores, en el recuerdo de “Campitos”, la muda Mercedes, el loco Manuel, Ramón Quintero Ja Ja y otros personajes populares.

-  La música de los 60 y 70 en el ambiente musical de la plaza y otros sitios de encuentro .

- El Patrimonio Natural y el asombro de los recursos de flora y fauna, como la recién descubierta “rana de cristal” o de los Pijaos.

- Las últimas huellas de andenes grabados.

- Los sitios sagrados de las montañas, los senderos, las quebradas, riachuelos y paisajes circundantes. 

Pijao, también llamado “el pueblo más lindo del Quindío”, “el remanso de paz” y  “el jardín turístico de Colombia” engalana al departamento con Historia, Ecología y Tradición.


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